Zafarrancho anti covid

Manu Reina
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La capitán enfermera Amanda García presta ayuda en el proceso de vacunación que se lleva a cabo en 'La Hípica', junto a sus dos compañeros militares que conforman una unidad móvil

La capitán enfermera Amanda García presta ayuda en el recinto ferial ‘La Hípica’ durante el proceso de vacunación - Foto: Reyes Martínez

Un ejercicio profesional admirable. Tender la mano y prestar ayuda son valores forjados a fuego en el ADN de la capitán enfermera Amanda García Oliva, perteneciente a los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas Españolas. Es una contrastada, laureada y reconocida sanitaria que estuvo esta semana en Cuenca para ayudar en la campaña de vacunación que se está llevando a cabo en el recinto ferial 'La Hípica'. Desde el primer momento, con competencias para ello, empezó a inocular vacunas.

El desempeño y su dilatada carrera le avalan con participación directa en incontables misiones por diferentes países y continentes. Una sanitaria incansable, independientemente del esfuerzo que conlleve la tarea. Su última hazaña, por contar tan sólo una de ellas, tiene que ver con su participación de manera ininterrumpida durante una semana y media de vuelo entre Dubái y Kabul para rescatar a centenares de afganos. García Oliva estuvo en primera línea para socorrer y asistir a niños, adultos y ancianos con el objetivo de no dejar a nadie atrás y prestar ayuda sanitaria a todos ellos. Su vocación de servicio le fue reconocida por el Ministerio de Defensa, otorgándole el galardón de 'Soldado Idoia Rodríguez' al representar la unión perfecta entre la sanidad y la milicia.

Durante los últimos tres días, la capitán enfermera, acompañada de dos de sus compañeros militares, estuvo presente en el recinto ferial 'La Hípica' para prestar ayuda de manera activa en el proceso de vacunación de la población conquense. Ella fue la única militar con competencia para pinchar en el paciente. Esta participación militar en el proceso de vacunación evidencia un claro ejemplo de que «estamos al servicio de la población civil para cuando así se nos requiera», como es el caso actual, en estado de crisis sanitaria, apunta García. No permanecerá más de tres días en la capital al formar parte de uno de los diferentes equipos de vacunación móvil que se están desplegando por las cinco provincias de Castilla-La Mancha desde el inicio de esta semana. Es más, esta unidad liderada por la protagonista se traslada ahora a la provincia de Guadalajara. Y el lugar que dejan aquí será relevado por otro equipo de militares que continuará colaborando con el resto de sanitarios del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam). 

El objetivo de estos grupos es «descongestionar y ayudar a los sanitarios civiles», subraya la capitán enfermera, siendo consciente de que el número de positivos es mayor desde la irrupción de la sexta ola y tras la llegada de la variante ómicron. Amanda García explica que, de esta manera, «podemos reemplazar los sanitarios que están de baja», y mantener el gran ritmo de vacunación actual. Cabe destacar que en la provincia de Cuenca el porcentaje de vacunación en la población es bastante elevado.

Evidentemente, no es la primera vez que esta capitán enfermera está en primera línea en la lucha contra el coronavirus. Ya durante la pandemia participó en el traslado de pacientes graves de una provincia a otra a mediante helicóptero por medio del Ala 48 de Madrid. Una labor fundamental para salvar vidas y que vuelve a poner de manifiesto la importancia del trabajo de los militares desde el origen de la pandemia, y no sólo como rastreadores durante épocas de transmisión comunitaria.

Amanda García, que presta sus servicios tanto en la Armada como en el Ejército de Tierra o del Aire, sabe de primera mano qué importancia tiene la vacuna para combatir los síntomas y las consecuencias del coronavirus. Los expertos sanitarios y los meses de pandemia evidencia que una persona que está vacunada tiene menor riesgo de morir y de padecer síntomas graves. Es por ello que la capitán enfermera incide en la importancia de vacunarse y anima a toda la población a que lo haga, aunque insiste en que no se trata de una tercera dosis, «sino de una dosis de recuerdo que sirve para completar la vacunación como con otras vacunas». 

No cabe duda de que la capitán enfermera Amanda García es un ejemplo para la ciudadanía española por su implicación y dedicación diaria para salvar vidas. Ahora toma nuevo rumbo, después de su paso por Cuenca, con la convicción «de servir siempre a la población civil».