Falta sensibilización y sobran robos

L.G.E.
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El borrador del Plan de Gestión de Residuos avisa de sustracciones de aparatos eléctricos en instalaciones municipales y de la captación a la entrada de los puntos limpios de gestores no autorizados

En Castilla-La Mancha 122 municipios tienen puntos limpios de recogida separada como este de Toledo. - Foto: Víctor Ballesteros

A veces un aparato electrónico falla y no se sabe muy bien por qué. Algo así ocurre con la recogida separada de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en Castilla-La Mancha, que no termina de funcionar y eso que hay bastantes puntos donde se pueden llevar. El borrador del Plan Integrado de Gestión de Residuos de Castilla-La Mancha reconoce que en la región no se llega a unos «objetivos mínimos». Un decreto aprobado en 2015 a nivel estatal marcaba que para 2019 se tendría que recoger de manera separada el 85% de los residuos generados o el 65% del peso de los aparatos introducidos en el mercado en los tres años anteriores.

El borrador reconoce que en los objetivos se ha aumentado el «nivel de exigencia». Castilla-La Mancha suspende en esta materia, pero se han identificado dónde se falla. Por un lado se apunta a un «problema de sensibilización». Eso quiere decir que muchas personas tiran el aparato al contenedor de basura normal o incluso en basureros ilegales que no son difíciles de encontrar al lado de los caminos y en pleno campo. En este punto, el texto elaborado por la Junta sugiere algunas propuestas de mejora, como verificar la efectividad de las campañas y hacer los cambios que sean necesarios para que el mensaje cale en el usuario.

Otro de los problemas es más peliagudo. El borrador de la modificación del Plan de Residuos habla claramente de que hay que eliminar «prácticas fraudulentas». Por un lado, se avisa de que en los últimos años se han detectado sustracciones (es decir, robos) en las instalaciones municipales y también la «captación de estos residuos a la entrada de los puntos limpios por parte de gestores no autorizados». Se advierte de que este problema no es único de Castilla-La Mancha, sino que se da en otras comunidades autónomas y que hay que prestar «especial atención en los próximos años».

Y eso que el propio documento confiaba en que una medida acordada en 2015 pudiera dar sus frutos. Se trataba de la creación de una plataforma de estos residuos que mejorase la trazabilidad de los mismos, lo que en teoría debe dificultar  las prácticas irregulares.

Donde no hay un problema es en la amplia red de recogida que hay para aparatos eléctricos y electrónicos. En Castilla-La Mancha son 122 municipios los que tienen un punto limpio para recogida separada, lo que supone llegar al 70,75% de la población.  Pero es que además hay 1.800 puntos de recogida en establecimientos de distribución comercial y 700 en instalaciones de gestión de residuos. Es decir, que el 85% de los castellano-manchegos vive en un municipio con un punto donde llevar estos residuos. No hay excusas.