Crece el interés por las aldeas abandonadas

Jonatan López
-

El portal 'aldeasabandonadas.com' confirma que los compradores se fijan en las propiedadesen venta de Cuenca por el clima, la cercanía a un aeropuerto o la calidad de la construcción

Crece el interés por las aldeas abandonadas

Iniciar un negocio, en su mayoría con fines turísticos, buscar la tranquilidad lejos de las grandes urbes, o dar un cambio radical e iniciar una nueva vida en un lugar recóndito y apartado. Esas son algunas de las razones que están detrás del auge de la compra de propiedades en todo el país. Puede que la pandemia tenga que ver, o más bien el confinamiento que tuvo que pasar la población y que impedía salir a la calle y viajar a otras zonas para respirar aire puro. Eso y que las predicciones de una crisis económica a gran escala han hecho que las familias que tienen recursos vean –en castillos semiderruidos, casas de labranza, complejos religiosos, molinos, fincas de explotación agrícola y ganadera, o pueblos deshabitados que colgaron el cartel de cerrado– una posibilidad de negocio o de proyecto de vida. 

Cierto es que antes de la pandemia ya se había experimentado un aumento en el interés de las fincas, pero la pandemia ha acelerado las llamadas para conocer las oportunidades de mercado. 

Así lo confirma Elvira Fafián, gerente de aldeasabandonadas.com, un portal nacional especializado en el mercado financiero e inmobiliario  y de gestión de patrimonio, que gestiona desde 1983 propiedades singulares y de prestigio. «Interés siempre lo ha habido, pero ahora hay un boom de llamadas y consultas. Compra la gente que conoce lo rural y que quiere hacer un cambio drástico», explica la responsable y experta en el mercado inmobiliario, que reconoce que tras la pandemia «están aflorando muchas herencias de personas fallecidas. Aldeas que no se podían vender por papeleo».

Crece el interés por las aldeas abandonadasCrece el interés por las aldeas abandonadasLos interesados son, principalmente, ciudadanos extranjeros –americanos y europeos, en su mayoría–, o españoles «que emigraron fuera de España, tiene dinero y quiere regresar. Esa es la gente que está comprando. Son personas de más de 60 años, a punto de jubilarse, con patrimonio y expectativas para montar algún tipo de negocio». Otros son pequeños empresarios y familias, que compran porque «creen que tener una aldea con tierras es el futuro, a largo plazo, para quedarse a vivir», o adquieren una casa rural, porque la persona que la regentaba falleció. 

En la provincia. En Castilla-La Mancha y, concretamente en Cuenca, también hay aldeas, casas rurales, molinos y fortificaciones que están en venta y que están suscitando el interés de, sobre todo, los extranjeros. «Miran mucho el clima, el potencial de la cercanía con algún aeropuerto, el tipo de la tierra y la consolidación de las construcciones. Quieren que las estructuras tengan una buena piedra», dice la gerente de aldeasabandonadas.com, que añade que también hay en venta propiedades agrícolas de viñedos, o complejos turísticos. 

El portal mantiene en la actualidad dos complejos en venta que pueden ser adquiridos por los interesados. El primero de ellos se halla en el conocido como Salto de Víllora, junto a las Chorreras, en el municipio de Enguídanos. El anuncio explica que el lugar tiene buenos accesos, está bien comunicado, se halla en plena naturaleza y cuenta con todos los servicios. La finca está situada entre dos ríos que marcan el límite de la parcela, de 2,5 hectáreas y no tiene hipoteca o carga. Su precio es de 675.000 euros, pero cabe la posibilidad de adquirir más superficie, hasta 24 hectáreas. El coste global sería de 1,5 millones de euros. 

Esta complejo tiene una iglesia restaurada de 125 metros cuadrados, una casa principal de 340 metros con ocho habitaciones y cuatro baños, y almacén de 113 metros. El anuncio expone que existe una viña de 1.200 cepas y árboles frutales. Además, afirma que la Diputación de Cuenca «concede una pequeña subvención para la mejora de accesos, cartelería o poda, dada la importancia que está teniendo este punto con el turismo de la provincia». Es un lugar «idóneo», afirma aldeasabandonadas.com para transformarlo en hotel rural, balneario, restaurante o parking.

El segundo es un complejo turístico que tiene una superficie de 17 hectáreas, que cuenta con seis chalés, 10 apartamentos estudio, una cafetería-restaurante, salón multiusos y hasta una plaza de toros. Este complejo se halla junto a la pedanía alcarreña de Valdecañas, cuenta con una pista de paintball y tiene un precio de tres millones de euros.