Al más alto nivel

Riánsares L. C.
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Rafael Trujillo Guitart

Al más alto nivel - Foto: Reyes Martí­nez

Bailar es como una terapia para desconectar de los problemas del día a día, con otras muchas ventajas, como que ayuda a estar en forma o a conocer gente. Así lo considera Rafael Trujillo Guitart, que ha convertido su afición por el baile en toda una profesión, pues ahora mismo es propietario de dos academias, una en Tarancón y otra en el vecino pueblo toledano de Santa Cruz de la Zarza. Siempre le había gustado bailar en fiestas o celebraciones, y hace quince años decidió apuntarse a clases de baile social, «tenía el gusanillo de aprender mejor». Ahí está el germen de todo, porque cuando llegó la crisis económica y fue despedido de la fábrica de puertas en la que trabajaba, en Ocaña, apostó  «por lo único que sabía hacer y que realmente me gustaba». Desde entonces no ha dejado de formarse para enseñar, pero también para competir. Junto a su pareja, Natalia Garate Rodrigo, están entre los tres mejores bailarines de España y ahora mismo ocupan la posición número 18 a nivel mundial. «Cuando llevaba tres o cuatro años en bailes de salón, fui a ver una competición a Aranjuez, no sabía ni que existían, pero cuando lo descubrí dije quiero bailar como ellos», confiesa Rafael Trujillo desde su academia de baile en Tarancón, donde aún no existe un club de baile deportivo, pero sí que ya está empezando a formar a niños para competir. Conseguir estar en el más alto nivel para él ha sido un  reto mayor. «Me ha costado el triple, no es lo mismo empezar con 30 años que desde pequeño, tienes que entrenar el doble porque no lo has mamado», afirma mientras  posa para La Tribuna con uno de los trajes de baile profesional que ya ha paseado en los campeonatos más importantes del mundo, en países como Bélgica, Inglaterra, Italia o Francia. Imparte clases a niños, jóvenes y adultos, y a la par, acude a clases con el profesor italiano Mauro Rossi, en Illescas. «El verano pasado hicimos un curso intensivo una semana en Polonia con los mejores, esto no deja de evolucionar y si no aprendes te quedas obsoleto», explica este bailarín. Dentro del baile deportivo, añade, las competiciones de los años 80 del siglo pasado «eran de bailes más sociales, ahora todo es más técnico, se baila con más fuerza y velocidad». Para estar preparado, combina una media diaria de hora y media de baile, con natación, para tener un fondo adecuado, y yoga. Su principal condicionante es que está alejado de su pareja, y aún así no dejan de ganar premios en las competiciones a las que acuden. «Nos dicen que es casi un milagro que con tan poco  entrenamiento juntos, muchas veces vamos directamente a competir, es cierto que hace falta mucho feeling, ser compatibles y separar lo que pase en la pista de lo sentimental», cuenta Trujillo a sus 45 años. Especialistas en baile latino, han sido subcampeones de España en 2016 y 2017, y el próximo 12 de enero irán a por todas en la Dancecup de Benidorm. Recién llegado para la entrevista de Guadalajara, donde el pasado fin de semana fueron primeros y segundos, en las dos categorías en las que pueden competir, senior uno y senior dos, detalla que «lo que vamos haciendo es ir sumando puntos en cada sitio para luego el ránking internacional». Entre sus principales y más recientes logros mundiales, el tercer puesto en Londres en octubre, el primero en noviembre en París y los novenos, de entre 80 parejas de baile latino -la modalidad en la que se han especializado-, en Blackpool, la catedral del baile de salón. Rafael Trujillo disfruta con esfuerzo de su pasión, que espera llegue a ser deporte olímpico como lo es la gimnasia rítmica. «Yo ya no podría ir por mi edad, pero disfrutaré preparando a mis alumnos», expresa sonriente.