La militancia ha dejado «claro» que a quien le corresponde ahora el liderazgo del PSOE en Andalucía es al alcalde de Sevilla y vencedor de las primarias a la Junta, Juan Estadas, y no a la todavía secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz. Esa es la postura de Ferraz y así lo expresó ayer el secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, a pesar de que Díaz aseguró que no piensa dimitir hasta el Congreso autonómico previsto para finales de año.

A este respecto, Ábalos apuntó que la permanencia de la exdirigente autonómica en ese cargo es una cuestión «irrelevante» y que no va a suponer «ningún problema de orden interno que tengan que resolver». Eso sí, avisó que «todos» tienen la «obligación» de ayudar a Espadas, poniéndose «detrás» y al servicio de su nuevo proyecto.

Así lo mantuvo tras la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal (CEF), al ser preguntado sobre si desde Ferraz van a tomar alguna medida para forzar su dimisión o si se plantean la posibilidad de impulsar de algún modo una gestora que pilote el partido hasta el Congreso de diciembre; un cónclave al que Díaz ya no se presentará, y en el que Espadas será previsiblemente proclamado nuevo secretario general del PSOE-A.

Reconstituir el partido mediante un modelo más participativo, tejer alianzas con la izquierda social e impulsar nuevas fórmulas de relación con la izquierda política son algunos de los retos que se ha marcado el «nuevo» PSOE de Andaluz.

La federación socialista en la región emprende ahora una nueva etapa con el objetivo de recuperar la presidencia de la Junta y no tiene tiempo que perder. Desde la candidatura de Espadas siguen sin descartar la posibilidad de que el actual jefe del Ejecutivo autonómico, Juanma Moreno, adelante los comicios por mucho que repita que agotarán la legislatura. Porque no hacerlo implica «riesgos» para el PP, cuanto más tiempo pase, más se «consolidará» Espadas como candidato, razonan en el PSOE-A, aunque la convocatoria electoral es una potestad exclusiva del presidente al margen de los intereses de su partido nacional.