La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, reconoció esta tarde frente a Page que más allá de reducir los umbrales máximos a la hora de trasvasar agua, esta medida no sería suficiente, por lo que aboga también por planificar y definir de nuevo los caudales ecológicos y potenciar «inversiones adicionales para conectar infraestructuras que permitan disponer de recursos» en el sureste del país «tanto por reutilización como por desalación».

Así lo puso de manifiesto tras visitar Cabañeros, donde la ministra aseguró que «hay que gestionar con cuidado» esta transición, recordando que los embalses de Entrepeñas y Buendía «se construyeron para estas aportaciones».

La ministra recalcó la  importancia de la «propuesta al Consejo Nacional del Agua de avalar el cambio de umbrales del trasvase para garantizar más lámina de agua en cabecera y menos volumen en los trasvases discrecionales de manera justificada y previa discusión».

«Sabemos que este cambio en las reglas y en los umbrales es una primera modificación que no basta», reconoció la vicepresidenta del Gobierno, «sabemos que la planificación y definición de caudales ecológicos son importantes para una buena gestión del Tajo». Para las necesidades de las cuencas del sureste apuntó a inversiones de infraestructuras que permitan disponer de recursos tanto por reutilización como por desalación.

Emiliano García-Page tomó la palabra para celebrar una postura que ha entendido como avanzar «dos escalones» de golpe en los planteamientos de Castilla-La Mancha. Recalcó que la región «siempre ha tenido una posición clarísima» como filosofía y esa pasa por que «los trasvases, son la ruina, ecológica, ambiental y económica». Habló del planteamiento de «mucha valentía» de Cristina Narbona en el pasado gracias a su «brillante» iniciativa de la desalación, ahora sabe «cuál es el final».