Sembrar para recoger

Leo Cortijo
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El jinete taranconero Óscar Mota se encuentra «pletórico» después de rubricar una interesante y fructífera campaña al otro lado del Atlántico, con nueve orejas y dos rabos en cuatro compromisos en territorio mexicano

Sembrar para recoger

No hay momento para el descanso o la inactividad. La temporada 2018 de Óscar Mota se ha visto prorrogada hasta ahora merced a un buen ramillete de festejos al otro lado del Atlántico. En concreto, han sido tres en enero y uno este mes, todos en territorio mexicano y con resultado triunfal. En un principio, el plan era torear solamente en Motul (Yucatán), pero la imagen ofrecida por el rejoneador taranconero fue tan destacada que otros tres empresarios aztecas le ofrecieron torear en sus plazas.

Y así fue, dicho y hecho. Tras la oreja de Motul el pasado 1 de enero, llegaron los compromisos de Calkiní (Campeche) el 20 de enero con otras dos orejas; Temax (Yucatán) al día siguiente con cuatro orejas y dos rabos; y Valladolid (Yucatán) el pasado día 2 con dos orejas.

«Es la primera vez que cruzamos el charco para torear y me siento muy orgulloso de haber triunfado como he triunfado en las cuatro corridas en las que he toreado», comenta a La Tribuna un satisfecho Óscar Mota. Además, es consciente de que de cara a la temporada que viene «estos números son muy importantes», y es que «estoy convencido de que han supuesto un sembrar para recoger después». No en vano, argumenta, «hubo mucho público y también otros empresarios que se quedaron con ganas de verme torear para el año que viene». Un público, por cierto, del que el jinete destaca su «enorme respeto y gran admiración» hacia los toreros.

Ahora la cuestión se traslada a territorio nacional: ¿De qué pueden servir estos triunfos para la inminente temporada española? Óscar Mota se muestra tajante y rotundo al respecto: «Afronto lo que está por venir con muchísima ilusión y con mayores ganas todavía, ahora mismo se están cerrando algunos de los carteles en los que estaremos presentes y pronto se empezarán a dar fechas oficiales». Para los meses de marzo o abril ya habrá algún contrato en firme sobre la mesa, y es importante porque supone «comenzar temprano la temporada». Para ello, el de Tarancón se afana por entrenar con los caballos, tenerlos en el mejor estado posible y depurar su rejoneo. En definitiva, «lo que pretendo es subir un escalón, como todos los años en mi carrera», comenta.

El reto fundamental es volver a torear en esos municipios importantes en los que se toreó la temporada pasada, pero también pisar alguna capital de provincia. Y todo, después del salto cualitativo que se dio en 2018 tras la alternativa en la Feria de la Virgen del Prado de Ciudad Real. «Llega el momento de dar un paso al frente y demostrar qué es lo que quiero ser en el toreo a caballo», recalca.

Una cuadra al alza. Para cualquier rejoneador, un elemento fundamental en su día a día es su cuadra de caballos. El año pasado, Óscar Mota adquirió a Roncal, el hijo de un ejemplar de Pablo Hermoso de Mendoza del mismo nombre, que en 2018 toreó solo cuatro corridas y que en esta temporada «va a salir en todas las tardes y al aficionado le va a encantar». Por otro lado, el jinete no se olvida de Cezanne como otro puntal de su equipo, y es que éste es un caballo especial para los quiebros y que anda de costado a la perfección. Dos de los equinos que mayores sensaciones causan en el público, debido a que torean sin cabezada, son Pavarotti y Chibanga. «Con ellos también hago un trabajo especial», termina el rejoneador taranconero.