Del PP vasco a sacudir el tablero político nacional

SPC
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Santiago Abascal comienza a acariciar la gloria tras años de predicar en el desierto, después de abandonar desencantado a los populares para recuperar «la esencia perdida» de la derecha

Del PP vasco a sacudir el tablero político nacional

Santiago Abascal Conde se forjó como político en el Partido Popular del País Vasco, con una actitud desafiante contra la izquierda abertzale y contra ETA en los llamados años de plomo. Una lucha a contracorriente que volvió a protagonizar al frente de Vox, una formación que ha pasado de la marginalidad a desestabilizar el tablero político nacional en apenas unos meses.

«Me encontré el carné en casa. No tuve opción». Así narra el propio líder derechista el nacimiento de su prematura carrera política. Su abuelo, alcalde de Amurrio durante el franquismo, y su padre, un histórico dirigente de Alianza Popular de Álava y después del PP, le contagiaron su pasión por la función pública. Así, empezó su trayectoria como concejal en Llodio (Álava), donde estuvo dos legislaturas (1999-2007). Además, fue presidente de las Nuevas Generaciones populares de Euskadi entre 2000 y 2005, procurador de las Juntas Generales de Álava durante los años 2003 y 2004 y parlamentario autonómico de 2004 a 2009.

En este tiempo fue conocido por su firmeza y por su postura desafiante contra ETA y la izquierda abertzale, en una época en la que el acoso de los radicales hacia cargos populares y socialistas era diario. El ahora líder de Vox siempre recuerda que el hecho de que su familia estuviera amenazada por los terroristas marcó su vida, por lo que, desde entonces, justifica el hecho de salir a la calle con una pistola de la marca Smith & Wesson, «para defender a los suyos». No en vano la tienda de ropa de su padre en Amurrio fue atacada en varias ocasiones y llegó a ser completamente quemada. Asimismo, los caballos de su progenitor aparecieron más de una vez pintados con frases insultantes contra el PP y en favor de ETA.

Quizá por eso en 2008, tomó partido por la expresidenta del PP vasco María San Gil cuando esta se distanció del entonces jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, por sus discrepancias sobre la dispersión de los presos terroristas.

Esto le relegó de la política vasca, aunque la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, lo rescató en 2010 para dirigir diversas instituciones públicas.

Muy crítico con la «línea blanda» del PP, en noviembre de 2013 abandonó el partido tras acusar a Rajoy de «traicionar los principios» de esta formación. Meses después, en enero de 2014, reapareció como uno de los impulsores de Vox, un nuevo partido conservador que «recupera la esencia de la derecha».