«Queremos que se identifique que el producto es de Cuenca»

Jonatan López
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Entrevista con el presidente de la Asociación Provincial de Productores Agroalimentarios de Cuenca, que recientemente lanzó su sello de calidad 'Donde nacen los sabores'

«Queremos que se identifique que el producto es de Cuenca» - Foto: LOLA PINEDA

Recuerde este eslogan, Donde nacen los sabores, y su logotipo, una espiral de tonos anaranjados y rojizos que se convierte en una planta y culmina en un tenedor. Esa es la marca de garantía que la Asociación Provincial de Productores Agroalimentarios de Cuenca (Appac) lanzó recientemente. Un sello de calidad que distingue a los productos agroalimentarios elaborados en Cuenca, que aspira a ocupar un lugar preferente en los mercados nacionales e internacionales y entrar en las casas del consumidor. Diego Álvarez, conquense de Cervera del Llano, es el presidente de esta nueva asociación que, integrada en CEOE-Cepyme Cuenca, cuenta con el apoyo de la Diputación Provincial y  la Junta de Comunidades. «No podemos estar más agradecidos porque ha superado las expectativas», asegura el representante de esta nueva marca de identidad, que desvela que el sello no solo se vincula a los productos agroalimentarios conquenses de excelente calidad. Donde nacen los sabores quiere ser también un catalizador  que combine los recursos patrimoniales, turísticos y gastronómicos de la provincia. De hecho, avanza Álvarez, se trata de «vincular rutas a lugares turísticos atractivos con visitas a empresas de agroalimentaria, para que la gente pueda probar y aprender cómo trabajamos. Creo que puede ser un atractivo muy grande de cara al turismo».

Me imagino que este proyecto ya estaba en ciernes, pero la pandemia lo paralizó. Ahora que ve la luz, ¿creen que es momento de hacer los deberes para tener más posibilidades cuando llegue la normalidad? En época de crisis, uno se para a pensar otras vías de trabajo porque cambia toda tu rutina de repente. Creo que es muy buen momento para empezar a preparar todo el proyecto y el camino que tenemos para cuando llegue la nueva normalidad, que esperamos sea pronto. 

¿Cómo se les ocurrió este nombre y cuál fue el proceso hasta llegar a él? En realidad, el nombre surgió y gustó a la primera. No tuvimos un abanico de nombres para estudiar, si no que apareció. Estuvimos mirando en distintos registros de patentes y marcas, que no lo tuviera nadie, lo vimos libre y nos cuadró tanto el nombre como el distintivo. La verdad es que todo fue bastante rápido. 

«Queremos que se identifique que el producto es de Cuenca»«Queremos que se identifique que el producto es de Cuenca» - Foto: LOLA PINEDA

¿Quién ha elaborado el logotipo y que quiere transmitir? Hemos trabajado con el estudio de diseño conquense Alquimia y nos gustó prácticamente el primero que nos puso encima de la mesa. Al igual que el nombre, Donde nacen los sabores, el logotipo identifica a la asociación de productores. Nace desde el inicio, desde que el agricultor o ganadero recolecta leche o cualquier otro tipo de producto, hasta el proceso que hacemos en todas las industrias agroalimentarias para llegar al consumidor final, que lo simboliza el tenedor. 
En la presentación de la marca, dijo que actualmente eran 31 empresas asociadas y que en breve podrían llegar al medio centenar. ¿Han mostrado interés otros empresarios en las últimas fechas? A través de la página web (www.dondenacenlossabores.com) hemos recibido varias solicitudes. Acabamos de arrancar y hasta la fecha hemos trabajado con empresas que conocíamos y que nos referenciaban, pero el proyecto no había salido a la luz. Una vez que es así, creemos que vamos a llegar a ser 50 o 60 empresas, el doble de las que somos ahora mismo. El proyecto está teniendo una gran acogida.

Están representados casi todos los sectores agroalimentarios. ¿Cuáles faltan por ingresar en Appac y qué se necesita para formar parte del colectivo? De todos los alimentos representativos nos falta la miel, pero ya estamos hablando con algún productor y esperamos que pronto esté incluido. Es cierto que también hay productos que se conocen menos y que puede que aún no integren la asociación, pero esperamos que pronto se anime la gente y puedan estar. Es cierto que queremos tener la implicación de más empresas de sectores como el que me ocupa a mí diariamente, que es el queso. En el vino queremos tener una representación de todas las denominaciones de origen, pero creo que poco a poco, y según vean cómo trabajamos, iremos incrementando ese número de empresas  y tendremos bastante representación. 
El primer requisito es ser productor, puesto que la asociación quiere poner en valor lo que el fabricante tiene. Que sean alimentos de calidad, que por suerte en la provincia casi todos lo son o por lo menos lo que yo conozco. Tercero es pertenece a CEOE-Cepyme Cuenca  y, en cuarto lugar, presentar una solicitud en la que nos tienen que indicar la información de la empresa, registro sanitario, etcétera. Se estudia la viabilidad y a la mayoría, seguramente, se le da acceso porque cumplirá los requisitos de su producto.

Desde hace uno años a esta parte nos hemos dado cuenta de que los productos conquenses de calidad tenían cada vez más tirón en el mercado exterior. ¿Por qué razón no reparamos antes en ello? Nos hemos acostumbrado a la forma de trabajar de siempre, por parte de las empresas conquenses. Muchas de ellas se acostumbran a una manera de trabajo en la que la comercialización no es su punto fuerte. Al final, entre la poca capacidad que tenemos al ser empresas pequeñas y que no estamos orientados a un mundo comercial o al digital que se mueve últimamente mucho, no hemos sabido darle ese valor añadido que tiene el producto de Cuenca. Uniéndonos, que es la forma que tenemos para poder llegar a más mercados, a ferias o a otro tipo de eventos en los que se nos pueda ver más y la gente pueda identificar el producto de Cuenca, conseguimos una acción base para crecer y vender más. Lo que queremos es que la gente sepa identificar que el producto es de Cuenca y es de calidad. 

Dice el sector olivarero que grandes multinacionales vienen a comprar aceite conquense para etiquetarlo y venderlo como propio. ¿Qué nos hace falta para prescindir de los intermediarios y poner el producto a precios competitivos en los lineales de los supermercados? No ha habido una arraigo comercial a la hora de trabajar nuestros productos. Por ejemplo, los italianos tienen un buen marketing. La base es que el consumidor final pruebe el producto y, una vez que sea así, el consumidor tiene que decidir si lo quiere volver a comprar o no. En este caso, y por los productos que tenemos, el porcentaje de la gente que va a repetir es muy alto. 
Agricultores y ganaderos han reclamado reiteradamente, a través de organizaciones como Asaja, el grave problema de los bajos precios y la especulación que realizan los distribuidores con el producto, cuyo coste para el consumidor se dispara. ¿Cree Appac que hay que trabajar en ese aspecto, evitar que el distribuidor acapare las ganancias y el precio sea más competitivo? Lo que tenemos que hacer es acortar toda la cadena de suministro. La mayoría de las veces no se trata de que un distribuidor se quede un margen muy alto de beneficio, sino que en vez de un solo distribuidor tenemos dos o tres y una tienda o comercio que es el que lo vende y tiene que quedarse su margen de beneficio. Si conseguimos llegar directamente al consumidor final o solo tener un paso intermedio, el valor final del producto cuando lo compre un consumidor no va a ser tan alto. Saldremos beneficiados, tanto el productor como el distribuidor que tenemos de intermediario. Si lo que hacemos es que la cadena de valor sea muy amplia, que haya mucha gente entre medias que se gane su margen de beneficios, el que paga al final el pato es el consumidor. 

En su presentación escenificaron el apoyo de las instituciones, pero ¿tiene intención Appac de reunirse con las organizaciones agrarias y ganaderas para colaborar en la medida de lo posible? La base de este proyecto, como comentaba, es la unión. Ya no solo de las empresas, sino también de  todos los sectores con los que podamos trabajar en conjunto y crecer. Son asociaciones de agricultores, de ganaderos, con una vinculación muy estrecha porque estamos todos en el sector agroalimentario, pero también de comercio, de hostelería y de turismo. Al final, lo que queremos, no es solo levantar los productos de Cuenca, es levantar Cuenca en todos sus ámbitos. Creo que trabajando juntos podemos conseguirlo. Es un buen momento también  porque hay muchos proyectos para la provincia que son muy interesantes.  

Aseguró que el sello mantendría contactos y negociaciones con grandes superficies para colocar el producto elaborado en Cuenca. ¿Ya han tendido puentes para que en breve se pueda iniciar esta relación comercial? Ha habido contactos, pero sobre todo a la hora de informarnos de la serie de requisitos que tendríamos que cumplir. Las grandes superficies te piden muchas veces unos requisitos documentales y sanitarios que algunas empresas podemos llegar a ellos y otras no. Hay que ver una serie de fórmulas, campañas puntuales, quincenales o mensuales, y que no tenga que pasar ese requisito documentario hasta que no se vea qué producto funciona en esa gran superficie y a posteriori poder darlo de alta. Estamos buscando unas vías, ya que somos empresas de muchos ámbitos y tamaños, y no sabemos si todas van a poder cumplir con los requisitos documentarios. Lo que si nos parece muy importante es que nuestro logotipo se reconozca en grandes superficies, para ganar imagen de marca, que sepa que ese producto es de Cuenca y que lo pueda adquirir. 

El gran peso de la exportación ha crecido exponencialmente con la agroalimentación. ¿Qué mercados están aún por explorar y en qué países se debe trabajar para abrir mercado? De cara a la asociación, porque tenemos muchas empresas que todavía no han comenzado a exportar, creemos que el primer paso es Europa por tema documentario y porque es mucho más fácil en cuanto a los transportes. Pensamos que Oriente Próximo, el mercado asiático, Dubái y Kuwait, son mercados muy buenos que además pagan muy bien los productos de calidad. Los países nórdicos, los que están dentro de la Unión Europea y los que no, tienen mucho poder adquisitivo e interés.

Está claro que la calidad es determinante, pero ¿hasta que punto es importante y vital la promoción y el marketing a la hora de colocar un producto en el mercado? Es la fase más importante. Si no te conocen, nadie va a buscar tu producto ni te va a comprar. Estamos en zonas despobladas, en pequeñas localidades que están apartadas y es difícil, si no tenemos turismo, que el cliente llegue a conocer ese producto. Pensamos que el marketing y el mundo comercial es la forma que tienen las empresas para que poder llegar a esos mercados y a sus clientes. La base de este proyecto es abrir las puertas a esas empresas, para que lleguen a negociar con el cliente final. Posteriormente, dependerá de cada empresa la pericia final que tenga para llegar a cerrar contratos o acuerdos. 

Hay marcas reconocibles de calidad como ‘Tierra de Sabor’ o ‘Soria Natural’, por mencionarle algunas. ¿Cómo puede ‘Donde nacen los sabores’ abrirse un hueco en el imaginario colectivo? Lo que tenemos que hacer es potenciar mucho la imagen de marca y sobre todo acudir a ciertos eventos en los que la gente pueda probar el producto. Las grandes ferias tienen un alto coste de los stands y para una empresa en particular es muy difícil acceder a ellas para que repercuta tras el esfuerzo que se ha realizado. Si vamos como asociación, la aportación como empresa será mínima. Creemos que es el momento justo en el que si estamos presentes la gente puede probar y comprobar esa calidad. Una vez que lo hagan y vean el distintivo, lo reconocerán y querrán comprarlo. Pienso que es la fórmula que tenemos de poder trabajar y de llegar a niveles como el de otros sellos. Se trata de trabajar y de aprender de lo que otros han hecho bien. Esa es la suerte que tenemos, la de poder ver la trayectoria que han hecho otros y adaptarlo a nuestra forma de trabajar. No se trata de decir ‘yo soy mejor que tú’, sino de ‘tú puedes aprender de mí y yo de ti’.