Una gran ola inesperada

SPC
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La leve erupción del volcán Krakatoa y la ausencia de un terremoto previo no hizo saltar las alarmas de un tsunami que devastó todo a su paso y se cobró centenares de vidas

Una gran ola inesperada - Foto: ADI KURNIAWAN

Los miembros de una banda de música actuaban en una playa de Tanjung Lesung, en el estrecho indonesio de Sonda, rodeados de los más de 200 asistentes que les coreaban. Sin embargo, las risas y los aplausos del público fueron sustituidos repentinamente por los chillidos cuando una repentina ola golpeó con fuerza el escenario y arrastró la estructura contra los presentes, una devastadora imagen que donde un tsunami acabó con la vida de al menos 222 personas.

Algunos integrantes del grupo Seventeen y parte de los espectadores perecieron durante la arremetida de las aguas.

Poco después de la tragedia, el vocalista de la formación, Riefian Fajarsyah, publicó un vídeo donde confirmaba el fallecimiento del bajista y el mánager de la banda. Ifan, que es así como se le conoce, rompía a llorar mientras denunciaba la desaparición de otros integrantes, así como la de su esposa, quien se encontraba entre los asistentes.

«Rezad para que mi esposa Dylan aparezca pronto», pedía el cantante entre lágrimas.

Zack, otro de los ayudantes de la agrupación, colgó un texto en Instagram donde describió el fatal incidente. «Bajo el agua solo podía rezar. ¡Jesucristo ayúdame! Durante los últimos segundos casi me quedé sin aire», aseguró Zack quien pudo salvarse al agarrarse al estrado.

Por su parte, el portavoz de la Agencia de Gestión de Catástrofes de Indonesia (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, lamentó en un comunicado que «cuando ocurrió el incidente muchos turistas se encontraban en las playas a lo largo de (la regencia de) Pandeglang», en el noroeste de la isla de Java.

Asimismo, reconoció que el fenómeno no es nada habitual. «La erupción no fue muy fuerte y no hubo ningún terremoto que provocara el tsunami en ese preciso instante. Resulta difícil determinar cuál ha sido el origen», explicó.

Un turista extranjero que se encontraba fotografiando la erupción de lava y ceniza del Krakatoa aseguró en su página de Facebook que vio aproximarse de repente una gran ola hacia la costa y tuvo que huir a la carrera. «El agua entró unos 15 o 20 metros hacia el interior. La siguiente ola entró en el área del hotel donde me alojaba y se tragó varios coches que había en la carretera. Conseguí evacuar a mi familia dirigiéndonos a terreno altos, atravesando caminos forestales y aldeas, donde hemos sido ayudados por los lugareños», señaló.