Bautista quiere hueco en la élite

Agencias
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El castellonense ha vivido un gran 2019 que le ha permitido acabar por primera vez entre las raquetas más destacadas del ránking

Bautista quiere hueco en la élite

El año 2019 no pasará como uno más en la carrera de Roberto Bautista, ya que el tenista castellonense acabó la temporada por primera vez entre los 10 mejores del mundo -el noveno- y tomó el testigo de David Ferrer en el momento de la despedida del alicantino. Además, puso la guinda con la consecución de su primera Copa Davis, en la que tuvo junto a Rafa Nadal un papel decisivo en el equipo español.

Arrancó a lo grande el 2019 con una victoria en Doha, donde se llevó el trofeo del Halcón de Oro, después de eliminar en semifinales al entonces número uno mundial, Novak Djokovic, y batir en la final a Tomas Berdych. Fue, junto a la Davis, el único trofeo que levantaría el pupilo de Pepe Vendrell y Tomás Carbonell, si bien su gran regularidad le llevó al top 10 tras ganar 42 de los 64 partidos disputados.

Su gran actuación en el torneo catarí se vio refrendada en el primer Grand Slam de la temporada, cuando alcanzó los cuartos de final en el Abierto de Australia tras superar a tenistas de la talla de Andy Murray, Karen Kachanov o Marin Cilic. Su piedra en el camino fue el griego Stefanos Tsitsipas, quien le derrotó en cuatro sets.

En la gira americana, tras el varapalo que supuso caer en su primer partido en Indian Wells, Bautista recuperó en Miami su mejor versión, donde por segunda vez en la temporada derrotó a Djokovic. La temporada de tierra batida no fue especialmente brillante, con su mejor resultado las semifinales del ATP250 de Munich.  Mejor arrancó el periplo sobre hierba. Tras alcanzar los cuartos de final en Halle, en Wimbledon alcanzó sorprendentemente las ‘semis’, lo que le obligó a retrasar su despedida de soltero planificada en Ibiza, ya que no contaba con llegar tan lejos en el torneo.

La ausencia de buenos resultados en la gira asiática, donde tuvo algunos problemas físicos, y en el último ATP 1.000 de París le impidieron participar en la Copa de Maestros, aunque viajó a Londres como primer suplente.

Sin embargo la nueva Copa Davis permitiría a Roberto borrar ese sinsabor al ganar su primera Ensaladera en un torneo marcado por el fallecimiento de su padre, lo que le obligó a abandonar al equipo, pero al que regresó para ayudar a España tras las lesiones de Pablo Carreño y Marc Granollers.