"La biblioteca es un lugar de encuentro"

J. Monreal
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La biblioteca municipal cuenta con un fondo de mas de 50.000 ejemplares

"La biblioteca es un lugar de encuentro" - Foto: Reyes MartÁ­nez

En los primeros días de septiembre, tras el paréntesis de las vacaciones estivales, la actividad de la Biblioteca Municipal del Centro Cultural Aguirre empieza a recuperar su pulso habitual. Al frente de la misma, y desde 2004, se encuentra Olga Muñoz Navarro. La Biblioteca Municipal se ubicó en las antiguas Escuelas Aguirre, «abriéndose un par de salas, en el primer momento, mientras se realizaban las obras y se acababa de acondicionar el resto del edificio. Empezamos a trabajar dos personas, colocando libros, revisando material y poniendo en marcha los equipos informáticos», señala Olga, quien añade que «es un centro cultural con gran actividad, aunque decrece, como es lógico, en los meses de verano». La directora destaca que «esta biblioteca es cabecera de la red municipal, compuesta por las de Villarromán y La Fuente del Oro».

¿Qué tipo de público suele acudir a la biblioteca?

De todas las edades, porque tenemos desde salas de infantil, préstamo de adultos, consulta de revistas y salones de estudio. Cada sala tiene un tipo diferente de usuario y cuando hay exámenes y oposiciones se nota una mayor afluencia y tenemos que habilitar salas de estudio. Eso a lo largo del curso, aunque en verano decae la afluencia de público. Lo que sí hay es mucha gente que viene en busca de información de todo tipo. La biblioteca no es solamente un lugar donde poder leer y consultar libros. Es, ante todo, un punto de encuentro.

¿Con cuántos volúmenes cuenta la biblioteca?

Contando todo tipo de documentos, según el recuento del pasado año, tenemos un total de 57.000. Hay libros, revistas y audiovisuales. De los 57.000 documentos del fondo, el 10% son audiovisuales y el resto libros. Todos ellos separados por materias y temáticas, tanto en adultos como en infantil.

¿Las editoriales envían libros para el fondo de la biblioteca?

No envían porque no tienen obligación de hacerlo. Los fondos son adquisición propia, teniendo en cuenta el presupuesto anual. Quien sí aporta fondos es la Diputación Provincial de cada edición que hace, sobre todo de libros de temas relacionados con Cuenca y la provincia, y también contamos con las aportaciones que nos llegan a través de la Junta de Comunidades.

¿Aceptan, y reciben, donaciones de particulares?

De vez en cuando hay donaciones de particulares, pero resulta un arma de doble filo. Muchas veces resulta que son libros o colecciones de revistas que están desfasados o que no encajan en la finalidad de la biblioteca. Cuando se prevé una donación, lo que pedimos al donante es que nos haga un listado de títulos para valorar si interesa o no, o si tenemos esos ejemplares. Una vez analizado decidimos si lo aceptamos o lo rechazamos, porque si aceptáramos todo lo que nos pudiera llegar nos convertiríamos en un almacén de libros. A veces cuesta mucho decir que no se aceptan los libros porque la gente es muy generosa y los dona con toda su buena voluntad, pero resulta imposible hacernos cargo de todo el material que nos llega.

¿Y no hay forma de que ese material no se pierda?

Pues sí hay una forma y la hemos puesto en marcha. Se trata de una gran mesa en la que vamos dejando los libros que han donado. Es un espacio de intercambio de libros en la que uno deja el que tiene y toma otro que le interesa y que no posee. Hemos comprobado que la fórmula funciona y que la mayoría de los libros se los llevan y aportan otros. Así damos solución a este asunto, porque lo que no es de recibo es tener que tirar un libro.

¿Entre las donaciones ha llegado algún libro muy valioso, un ejemplar raro, único?

En más de una ocasión hemos recibido muy buenas donaciones, sobre todo de fondos particulares de personas vinculadas con la enseñanza, maestros y profesores que se han jubilado. Este tipo de donaciones sí son muy apreciadas porque suelen constar de libros muy bien seleccionados y con mucho criterio, al ser personas de un nivel cultural elevado. En cuanto a las donaciones que podríamos calificar de excepcionales, contamos en la biblioteca con tres fondos fundacionales que están desde el principio, al ser propiedad del Ayuntamiento y que al establecerse aquí la Biblioteca Municipal nos hicimos cargo de su gestión. Uno de los fondos más valiosos es el de la biblioteca de Federico Muelas. Otro es la colección que formó Fernando Zóbel sobre el Museo de Arte Abstracto, colección que se dividió en dos partes, una de ellas está en la Fundación Juan March y otra la tenemos en este centro. El tercer fondo importante por su valor, es el legado de libros de la Casa Zavala, libros muy apreciados ya que el propietario era un gran coleccionista. A estos tres grandes fondos habría que añadir uno que no tiene tanto valor económico, pero si sentimental, ya que pertenecía a la pequeña biblioteca que había bajo el templete del Parque de San Julián, biblioteca infantil y juvenil que con el tiempo lamentablemente desapareció. La particularidad que tienen estos cuatro grandes fondos es que quien quiera consultarlos tiene que hacerlo en este centro porque no se permite el préstamo ni sacarlos fuera de las salas de consulta.

¿Acuden investigadores a consultar los fondos más importantes?

Vienen de vez en cuando, pero no es necesario ser investigador para consultar estos fondos. Están a disposición de todo el que quiera consultarlos, documentarse para algún trabajo sobre los autores, y sólo se necesita mostrar el carné acreditativo de la biblioteca y se tiene acceso a cualquiera de los libros de estas colecciones.

¿También es este centro la sede del Archivo Municipal?

Sigue siendo la sede del Archivo Municipal, en tanto no se acondicione el espacio definitivo. Se están realizando las obras oportunas en la antigua Casa del Corregidor, y cuando estén acabadas se trasladarán los fondos a su lugar definitivo. Mientras tanto, todos los documentos y materiales siguen depositados en este centro, aunque nada tengan que ver con el funcionamiento de esta biblioteca.

 

¿Cuenta con personal suficiente para atender las necesidades de un centro con tanta actividad?

A la hora de pedir, me gustaría disponer de más personal, pero hay que trabajar con los medios que tenemos. En este momento, la plantilla está compuesta por cinco bibliotecarios, un ordenanza y yo al frente de la dirección. También contamos con un becario en excedencia pero es una plaza que no se ha cubierto todavía. La verdad es que no somos muchos pero ese es un asunto que no depende directamente de nosotros.

¿Qué sensación le produce ver tantos libros, tan usados y algunos sin exponer al público?

La sensación es que si contáramos con más personal se podrían poner en marcha actividades culturales atractivas para el público. Lo primero sería abrir espacios y terminar de catalogar los libros (aún quedan alrededor de 5.000) y una vez finalizado el proceso, promover visitas guiadas, promoción de la lectura, montar exposiciones, mostrar algunos libros o reproducciones, como ya se hizo en alguna ocasión y un sin fin de cosas más que irían surgiendo. Todo estos son proyectos que están en cartera y que tal vez algún día podamos llevar a cabo, porque en la biblioteca hay muchas cosas que el público estaría dispuesto a conocer. Otra de las sensaciones que me produce al ver las estanterías, es la de poder digitalizar todo para que las consultas fueran más rápidas y ofrecer así un mejor servicio a los usuarios de este centro cultural.

¿Hay muchos usuarios que se llevan libros y no los devuelven?

Afortunadamente estamos en una tasa muy baja en toda Castilla-La Mancha de no devoluciones. Cuando se producen, enviamos una carta, muy amable, al usuario para que reintegre el ejemplar y en caso de que no lo haga, pasa a una lista de personas a las que se les prohibe sacar ningún libro más en toda la región y se le exige que reponga el ejemplar que se llevó.

¿Cuentan con un archivo fotográfico, con donaciones particulares?

Lo tenemos y al ser Biblioteca Municipal, nuestra prioridad son los temas de Cuenca, y el fotográfico es fundamental para conservar imágenes de los cambios que ha ido experimentado la ciudad y sus gentes. El proyecto que se puso en marcha consistía en el rescate de la memoria local, con fotografías de los barrios, edificios, calles, fiestas, gentes, etc. Al principio tuvo muy buena acogida, pero poco a poco fue decreciendo y me gustaría que los conquenses siguieran aportando sus fotografías para que las pudiéramos conservar en el archivo. Quiero resaltar que todo el material que nos traen se escanea y se le devuelve a su propietario, ya que nosotros somos simples depositarios.

¿Cómo y dónde podemos traer ese material gráfico de Cuenca?

La respuesta es bien sencilla. Solamente hace falta acudir un día a la biblioteca, preguntar por esta iniciativa, dejar el material y esperar a su devolución. Lo que sí me gustaría es hacer un llamamiento a todos los conquenses para que aportaran a nuestro archivo ese material que tiene en casa, tal vez olvidado, que si no se cuida terminará por desaparecer, y sería una lástima no contar con imágenes de una ciudad y sus gentes. Conservar la memoria del pasado es una buena fórmula de afrontar el futuro. ¡Aporten sus recuerdos!