La presidenta pionera

Europa Press
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Amelia del Castillo se convirtió en la primera mujer en dirigir un equipo de fútbol español pese a que las reglas solo permitían jugar o presidir a los hombres

La presidenta pionera - Foto: clubatleticodepinto.com

Hasta 1981, las mujeres, fuera cual fuera su edad, debían pedir permiso a su marido o a su padre para poder trabajar, cobrar un sueldo, abrir cuentas bancarias o sacarse el carné de conducir. El fútbol tampoco estaba exento de trabas y las reglas impedían que una mujer jugase o dirigiese a un equipo. Sin embargo, nada impidió que en los 60 una mujer desafiara a las normas.

A principios de la década, Amelia del Castillo y su pandilla de amigos de Pinto crearon el equipo de la Flecha de Pinto para competir en torneo cercanos. Amelia, la única mayor de edad, fue la encargada de hacer las inscripciones. "Mi ilusión de verdad era ser entrenadora, así que solicité los cursillos en el colegio de entrenadores, pero el reglamento me lo prohibía. Solo pude asistir a las clases teóricas", explicaba Del Castillo en una entrevista a la revista Líbero.

 

Desafiando a las normas

Pese a la prohibición, años más tarde se convirtió en la primera presidenta de la historia del fútbol español.

Amelia lo fue todo en el Club Atlético de Pinto, que fundó en 1963: entrenadora, delegada y, por supuesto, presidenta. Sin embargo, los recursos económicos eran limitados, y para conseguir federarlo buscó ayuda; ella, que quiso celebrar su comunión ataviada con un pin del Atlético de Madrid, lanzó una llamada de socorro a Vicente Calderón. Y encontró respuesta.

El máximo dirigente colchonero no dudó en echar una mano al joven club pinteño y les mandó equipaciones, balones e incluso les proporcionó material de su empresa de construcción para cerrar el campo. El club despegó y la presencia de una mujer al frente del proyecto llamó la atención de medios nacionales y extranjeros. 

 

Trabas desde el Ayuntamiento

En los campos, escuchó de todo sentada en el banquillo, y desde el Ayuntamiento de la pequeña localidad madrileña ya se la tenían jurada. En 1973, el entonces alcalde de Pinto, Daniel Martín, que años atrás había rechazado el cercado del campo, le envió una carta exigiéndole su dimisión. El fútbol no era "cosa de mujeres". Las amenazas del primer edil de crear otro equipo con el apoyo del consistorio fueron pesando en Del Castillo, que en 1975 se vio forzada a dimitir para impedir que el Atlético de Pinto se muriera. La Federación madrileña se negó a aceptar su renuncia al saber que era forzada, pero la decisión estaba tomada y no había vuelta atrás.

 

Campo Amelia del Castillo

Durante un tiempo, la primera presidenta del fútbol español dejó de acercarse a ver su equipo. Y tuvo que esperar un cuarto de siglo desde su dimisión para recibir el homenaje merecido: después de una recogida de firmas promovida desde el club, en el año 2000 fue designada presidenta de honor, y el campo del equipo de su vida recibió su nombre. "Amelia del Castillo es nuestro campo, allí cada domingo disfrutamos de nuestro equipo campeón, aquel que Meli formó con ilusión", rezan los versos del himno del 50 aniversario el Atlético de Pinto.

Amelia solo fue la primera de muchas y se encargó de abrir el camino. Tras ella llegaron, entre otras, Teresa Rivero (Rayo Vallecano), Ana Urquijo (Athletic Club), María de la Peña Berraondo (Real Sociedad), Victoria Pavón (Leganés), Layhoon Chan (Valencia) y Amaia Gorostiza (Eibar). Pero fue Amelia la que, por primera vez, entró en un mundo de hombres dando un portazo y dejó la puerta abierta.