Las 'no fiestas', en el foco de los rebrotes

Jonatan López
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Los alcaldes de Tarancón, Las Pedroñeras y Mota del Cuervo achacan los nuevos contagios a las reuniones privadas y celebraciones con motivo de los festejos patronales y a la relajación de los ciudadadanos

Las 'no fiestas', en el foco de los rebrotes

Reuniones privadas en viviendas particulares, cumpleaños o aniversarios multitudinarios y festejos patronales que se celebran, a pesar de las cancelaciones, están en el punto de mira de los contagios. Con total certeza no se sabe si estos eventos son el ojo del huracán de la nueva oleada, pero los ayuntamientos de las localidades conquenses más afectadas ya apuntan que las fiestas, sin ningún tipo de control ni medida de distanciamiento, pueden ser el origen de los rebrotes. El significativo aumento de contagios en Tarancón, Las Pedroñeras y Mota del Cuervo provocó que la Consejería de Sanidad, a través de la Delegación de Sanidad, dictará  desde el viernes 18 nuevas restricciones para frenar el creciente número de transmisiones de coronavirus entre la población.   

Con celeridad, los ayuntamientos de las tres localidades aplicaron las medidas especiales que tendrán una duración de 14 días pero, dependiendo de las circunstancias posteriores, podrían prorrogarse hasta los 28 días. 

Municipios afectados.  El alcalde de Tarancón, José Manuel López Carrizo, considera que aunque agosto fue un mes de mucha actividad, «porque los pueblos de la comarca se llenaron», en septiembre –con motivo de las fiestas patronales en honor a la Virgen de Riánsares entre el 7 y el 13 de septiembre– «se pusieron las medidas que teníamos en nuestras manos para las ‘no fiestas’, se colocó vigilancia en cada uno de los parques y se emitió un bando contra el botellón». No obstante, el regidor expone que «no se pueden controlar todos los movimientos privados que hacen los ciudadanos en sus casas, sus cercas o sus campos y ahí, junto con la cercanía a Madrid, están los focos. En las no fiestas ha habido reuniones privadas que, posiblemente, han causado los focos de contagio».

Las 'no fiestas', en el foco de los rebrotesLas 'no fiestas', en el foco de los rebrotesEn este punto, López Carrizo asegura que hay un continuo contacto con asociaciones y colectivos taranconeros para  «trabajar entre todos. Tenemos que ser cautos, pero a la vez también con preocupación. Vamos a hacer bien los deberes que nos han puesto las autoridades sanitarias. Deseo y confío que volvamos a la nueva normalidad cuanto antes».

En la misma línea se manifiesta el alcalde de Las Pedroñeras, José Manuel Tortosa, quien cree que los rebrotes no se pueden achacar a la mano de obra que en las últimas semanas ha trabajado en el campo.  Más bien se debe a que Las Pedroñeras «es un pueblo con mucha actividad, muy dinámico, donde la gente entra y sale mucho». A últimos de agosto, «hubo mucha gente que no tenía intención de irse de vacaciones y al final se fue, y luego», prosigue, «están las no fiestas de las localidades de alrededor. Hay un pueblo vecino con el que los jóvenes tienen mucha relación entre sí y van juntos al instituto. Me da que también celebraron las ‘no fiestas’ de Las Pedroñeras», dice.

Tortosa también expone que desde el Gobierno regional «se nos trasladó que habíamos podido con la epidemia y ahora teníamos que salir, vivir y reactivar. En Pedroñeras no tuvimos mucha incidencia en la primera oleada y eso ha hecho que la gente, quizá, sea menos temerosa y se relaje». 

Las 'no fiestas', en el foco de los rebrotesLas 'no fiestas', en el foco de los rebrotesEso sí, Tortosa se queja de que la comunicación con la Delegación provincial de Sanidad «ha sido inexistente. Los ayuntamientos teníamos que saber cuales eran las medidas que iban a aplicar para trasladarlas a los vecinos y solo tuvimos acceso a ellas dos horas después de haber entrado en vigor».

El alcalde cree que «ha faltado comunicación», sino que pide que sea «constante. No solo desde el inicio de la pandemia, que no ha existido, y cuando la hemos reclamado no se nos ha dado».

Jacobo Medianero, regidor de Mota del Cuervo, indica que los vecinos «están expectantes, sabiendo que no se puede bajar la guardia después de un verano en el que se han tenido muy pocos casos, a pesar de tener cierta agenda cultural y que la economía funcionase».

Las 'no fiestas', en el foco de los rebrotesLas 'no fiestas', en el foco de los rebrotesAunque las fiestas principales se celebran habitualmente en las dos primeras semanas de agosto, «no hubo entonces rebrotes y eso dice mucho de los moteños ante la pandemia». Tampoco atribuye las razones a los temporeros que vienen  para la vendimia, pero estima que se debe «al aumento generalizado de casos. Quizá nos hemos relajado, hemos bajado la guardia a nivel general. La gente de Mota se está comportando bien, en líneas generales, y no se debe a las fiestas como en otros sitios».

Medianero piensa que las medidas excepcionales en el municipio se tomaron debidamente tras producirse el aumento de casos en la última semana y confirma que durante la mañana del viernes «se me comunicó que durante la tarde, o al día siguiente, se llevarían a cabo medidas excepcionales». 

La pandemia en Tarancón. Las nueva medidas especiales que se tomaron el pasado viernes se aplicaron con rapidez en la localidad taranconera. Los vecinos asumieron las normas y, al día siguiente, el Ayuntamiento ya había procedido a cerrar recintos deportivos, caso de la piscina municipal o el campo de fútbol, y se habían precintado los juegos infantiles o los accesos de entrada de las  zonas verdes de la población.

Uno de los gremios que más ha notado la bajada de clientela en estos días son los hosteleros, que ya no pueden dar servicio en las barras de bares y cafeterías y que han visto como se reduce el aforo al 50 por ciento en los locales cerrados  y al 75 por ciento en las terrazas. Eusebio e Iris, propietarios del Bar Santa Corona, aseguran que a muchos de sus clientes «les da reparo salir a la calle. Hoy tenemos más movimiento porque hay exámenes de la autoescuela aquí al lado, pero  ahora que estábamos remontando nos vienen de nuevo las normas», dice Eusebio. Su mujer, Iris, añade que «los vecinos tienen mucho miedo. La gente mayor está concienciada, pero los jóvenes no saben el peligro que estamos corriendo y al final lo está pagando la hostelería».

Otro de los clientes que entra al bar a tomar café pide a todo aquel que tenga contagiados en su domicilio que no salga a la calle. «No puede ser que se junten seis personas en un banco y no lleve mascarilla ninguno. Tampoco que la policía se cebe con los hosteleros y les pongan multas, que están trabajando y creando empleo», apunta este vecino, que asegura que las peñas de las fiestas patronales en honor a la Virgen de Riánsares «no son causantes de los contagios. El bus de Ruiz de las seis que va todos los días a Madrid va lleno». 

En un pequeño supermercado, varias vecinas creen que los contagios ya se estaban produciendo hace semanas y «lo sabíamos pero todo el mundo callaba. Hasta que ya han saltado», comenta una de las residentes, que cree que «las peñas no tienen la culpa, pero no todo el mundo se ha portado igual». 

«Lo que tenían que haber hecho es poner más vigilancia», responde otra de las clientas de la tienda, que cree «que no hay más policía que antes y muchos jóvenes siguen yendo por la noche a los parques». «Los jóvenes y los no tan jóvenes», replica una tercera. «Hay miedo», coinciden las vecinas, pero sobre todo «entre la gente mayor». 

La Residencia de Ancianos San Ramón y La Milagrosa –el Ayuntamiento confirmó este viernes la existencia de varios casos– está herméticamente cerrada para evitar cualquier posible contagio procedente del exterior. Para acceder hay que traspasar una doble puerta y entre ellas se ha colocado un pequeño lavabo con jabón y agua, para que todo aquel que entre se limpie las manos. «Estamos bien. Los 74 residentes se encuentran bien», asegura la directora desde la otra parte del cristal.

En el Centro de Especialidades de Tarancón se ha comenzado a  realizar pruebas PCR, de 10 a 11,30 horas, a los pacientes con síntomas que acudan a la clínica. Junto a la carpa que se ha habilitado en la entrada, la responsable de Enfermería, Ana Bermejo, indica que «no realizarán PCR de contactos positivos. Los test se harán como hasta ahora, en la ambulancia que mandan de Preventiva de Cuenca».  Bermejo afirma que la gente que llega a la clínica con síntomas «está deseando que les hagamos las pruebas. Esto les da tranquilidad».