Esos pequeños grandes inventos

Celia Oliveras (EFE)
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El diseñador catalán Ròmul Brotons desgrana en su libro 'Invents' los 301 hallazgos habituales que más han contribuido a facilitar la existencia de los seres humanos en los últimos tiempos

La tostadora figura en el libro 'Invents' como uno de las grandes creaciones de la historia

El mando a distancia, el sujetador o el taxímetro parecen inventos poco relevantes comparados con las vacunas, el marcapasos o la World Wide Web (www), pero todos ellos han contribuido a mejorar la vida de las personas. Por esa razón, el editor y diseñador gráfico Ròmul Brotons ha decidido recoger en un libro los 301 pequeños inventos que considera más importantes para la humanidad y que se han convertido en elementos cotidianos.

Bajo el título de Invents (Albertí Ediciones) y el subtítulo Desde el utensilio de piedra hasta la vacuna covid, el libro describe detalladamente por orden cronológico inventos como el desodorante, la percha, el lavavajillas, la tostadora, el celofán, el tampón femenino, el código de barras, el ratón de ordenador o los anzuelos.

La idea de escribir este libro le surgió a Brotons durante el período de confinamiento, cuando, según explica el autor, toda la sociedad se enfrentaba a una experiencia inédita compartida que tan solo se podía solucionar con una futura vacuna, que únicamente ha sido posible gracias a siglos de investigación, avances y descubrimientos previos.

Uno de estos inventos que describe es la comida en conserva, que, según detalla en el texto, nació cuando Napoleón Bonaparte, en un intento de alimentar a su ejército, convocó en 1810 un concurso por el que premiaba con unos 12.000 francos a quien inventara un sistema capaz de conservar la comida durante las largas campañas de los soldados en el extranjero.

El confitero parisino Nicolas Appert ganó el premio y se convirtió en el inventor de la comida en conserva gracias a una técnica que consistía en calentar los alimentos dentro de un frasco de vidrio y cerrarlo herméticamente para que el aire no entrara y pudiera estropear los alimentos. Había nacido una antigua versión del tradicional baño María.

Sin embargo, no todos los descubrimientos han sido resultado de una gran investigación, y la mayoría de creaciones nacieron como una respuesta a una necesidad, como sucede con el sujetador.

Esta prenda femenina fue inventada por la americana Mary Phelps Jacob en el contexto de la Primera Guerra Mundial, y, al contrario que los apretados corsés, daba a las mujeres la libertad de movimiento necesaria para ocupar los puestos de trabajo que los hombres dejaron libres para ir al frente, por lo que su uso se convirtió en un acto casi patriótico, recuerda Brotons.

Otro conocido ejemplo que aparece Invents son los actuales esquís, que son muy diferentes a los primeros encontrados en el sur de Suecia del año 3000 antes de Jesucristo, que no tenían la finalidad lúdica de los existentes hoy en día.

Los ejemplares rudimentarios estaban  construidos a base de tablas de madera, lo que permitía a los cazadores del norte de Europa y Asia sobrevivir en las zonas nevadas, que de otra manera estarían despobladas en la actualidad.

Brotons también se ha preocupado por verificar y registrar la medida del tiempo, o al menos el coste de ese período. Al igual que el sistema métrico nació mucho después que el concepto de medida, los taxis se inventaron antes de que nadie estableciera un sistema único para transformar la distancia en un precio.

No fue hasta 1891 cuando el ingeniero alemán Wilhem Bruhn inventó un aparato capaz de medir los desplazamientos y traducirlos en un importe monetario, un invento que provocó violentas manifestaciones por parte de los conductores, recuerda el autor.

Pero el hallazgo que ha marcado la actualidad e inspiró al autor para escribir la obra, ha sido la vacuna de la  COVID-19, que no habría sido posible si, en 1796, el estudiante de Medicina Edward Jenner no hubiera sido capaz de crear la primera profilaxis de la Historia: la de la viruela.

Cuando la alta mortalidad de este virus causaba millones de fallecidos, Jenner observó que las jóvenes lecheras que ordeñaban vacas solían contraer esta enfermedad en una versión más leve, y no solo no morían sino que, además, quedaban inmunizadas de esta enfermedad.

Jenner tuvo entonces la idea de inyectar un mezcla diluida de la versión del virus animal, que era mucho menos mortal, a los enfermos de viruela para que el cuerpo creará anticuerpos y aprendiera a combatir la enfermedad de forma eficaz.

Más de 30 vacunas

Gracias al descubrimiento de Jenner, hoy en día existen en el mercado más de 30 medicamentos que protegen a las personas de virus letales como la tuberculosis, el tétanos o la rabia, además de la de la reciente contra el coronavirus, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha salvado a cerca de 90.000 personas mayores de 60 años solo en España.

Los pequeños y grandes descubrimientos inundan el día a día de todas las personas y, como narra Brotons en su libro Invents, la historia de los inventos es un relato de «aciertos y errores», que es, en definitiva, el mismo relato que el de la historia de la humanidad.

Estos nuevos artefactos revolucionarios han ido apareciendo siempre. Algunos han cambiado la manera de vivir y relacionarse de las personas y otros simplemente han hecho la vida más fácil. Pero todos coinciden en el hecho de que se han introducido en el día a día de la gente, y en algún momento han dejado de ser una novedad tecnológica para pasar a ser un objeto cotidiano.

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