'No me hizo Joan Brossa', teatro sin narrativa

V.M.
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El montaje escénico, inspirado en la obra del poeta catalán, se vale de objetos de gran formato, sin actores ni manipuladores, se sucederá hasta el próximo día 30 en la iglesia de San Andrés

El montaje se basa en una instalación plástica y sonora sin narrativa. - Foto: Reyes Martínez

Dentro de las actividades cultural programadas con motivo del 25 aniversario de la declaración de Cuenca como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la iglesia de San Andrés acogió ayer el primer pase de la singular obra de teatro No me hizo Joan Brossa, que contará con nuevos pases diarios hasta el próximo 30 de diciembre (concretamente hoy y mañana habrá hasta seis pases, previstos a las 11, 12, 13, 17, 18 y 19 horas).

Se trata de un montaje escénico con objetos de gran formato, sin actores ni manipuladores, toda una sinfonía mecánica, una instalación plástica y sonora sin narrativa ni argumento, en la que una multitud de objetos se confabula con la tecnología para crear paisajes cambiantes, metáforas de los paisajes de la guerra que van de la calma al estruendo, de la penumbra al rayo. 

Vasos de plástico, cucharillas, máquinas de escribir, cintas métricas, peines y otros objetos cotidianos se transforman en los bosques brumosos de la inmortal ópera Parsifal, de Richard Wagner, en montañas del frente de la Guerra Civil española o en volcanes telúricos de mitologías de resonancias de la antigua Mesopotamia.

El público es invitado a encontrar su sitio dentro de este poema transitable, atrapado entre este centro, acumulación y exceso de objetos, y un perímetro vacío, voces sin cuerpo, ausencia de objetos, sólo la palabra como exclusiva materia sonora.

Esta obra de teatro expandido de 30 minutos de duración se creó en 2016 por encargo del Teatre Nacional de Catalunya y el Festival Temporada Alta, que junto con la Fundación Brossa y el Macba organizaron el ciclo Epicentre Brossa. Después de más de dos años de estudio de la obra ingente del poeta Joan Brossa (1919-1998), figura capital dentro del arte de vanguardia catalán, Cabosanroque declina poner en escena una obra escrita por Brossa y elige su prosa más desconocida y la sonoridad de la poesía escénica de los años 40 como detonante para crear una obra propia que acabará generando nuevos géneros brossianos: No me hizo Joan Brossa es posteatro sin actores, acción musical sin músicos, teatro de marionetas sin manipulador o una gran prosa-objeto.

Producción del Teatre Nacional de Catalunya, Festival Temporada Alta y el apoyo de la Institució de les Lletres Catalanes, la Fundació Brossa y la Fundació Lluís Coromina, se estrenó el 8 de noviembre de 2016 en la antigua Biblioteca de Girona en el Festival Temporada Alta.

Cabosanroque. Cabosanroque es un dúo de artistas sonoros que nació en 2001 como colectivo musical, constructores de sonidos que se aplican a diferentes ámbitos como instalaciones visuales y sonoras, artes escénicas o música, siempre trabajando con el sonido, las capacidades expresivas de la máquina y sus posibilidades para vehicular emociones.

Laia Torrents (licenciada en Ingeniería Superior Industrial por la UPC y estudios superiores de Composición, Armonía y Arreglos) y Roger Aixut (licenciado en Arquitectura por la UPC; becado por la Universidad North London para formar parte del programa Drawing Uncertainty bajo la tutoría de Nat Chard) están a caballo entre grupo de rock, artistas plásticos y performers. Cabosanroque hace explotar las categorías gracias a sus artefactos: materia y onda, máquinas e instrumentos que hacen ruido, objetos en serie que devienen en sus collages mecánico-sonoros. En 15 años de experiencias han generado una población de máquinas que viajan de una escena a otra y que les han llevado tanto a espacios museísticos como a teatros, auditorios y festivales.