El hombre del cupón

Redacción
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La ONCE reconoce al vendedor conquense José Javier Simarro por su calidad y su calidez en el trato que mantiene con sus clientes, así como por su buen trabajo el pasado año en su ruta actual por seis localidades de la provincia

José Javier Simarro, quien aparece en esta fotografía junto a su esposa, empezó su trabajo como vendedor de la ONCE hace ya 27 años. - Foto: ONCE

El mejor vendedor de la ONCE del 2020 en Castilla-La Mancha trabaja en Cuenca y se llama José Javier Simarro Alfaro. Así se le reconoció en la última gala que celebró la Organización Nacional de Ciegos y se le premió por su calidad y calidez en el trato con sus clientes, por su buen trabajo, por su personalidad y por su responsabilidad e implicación con la marca, con la labor de la ONCE, con su entorno y con sus compañeros.

José Javier Simarro empezó su andadura como vendedor de la ONCE allá por 1994 por diferentes rutas, incluida la de su padre, tras su jubilación como vendedor también de la ONCE durante más de dos décadas. Simaro, que presenta una pequeña minusvalía auditiva, ha vendido en Belmonte, Villaescusa de Haro, Rada de Haro, Carrascosa de Haro, La Alberca , Cassasimarro y Villanueva de la Jara y en la actualidad vende en su pueblo natal de El Picazo, además de Rubielos, Sisante, Vara de Rey, Atalaya del Cañavate y Tévar.

«Recuerdo que al principio lo que me tocó fue abrir rutas a fin de llegar a aquellos pueblos que estaban sin atender simplemente porque eran muy pequeños, 27 años después mi día a día me lleva primero por los pueblos más pequeños para terminar en el mayor de los que atiendo, es decir, en Sisante, y en el área de descanso de la autovía A3 en Tévar. Visitó sus panaderías, sus establecimientos comerciales, sus restaurantes, sus cafeterías y sus mercadillos», comenta Simarro.

Hasta que llegó la pandemia con su vehículo particular se acercaba a diario hasta sus seis localidades, hoy por hoy, esta rutina la mantiene con El Picazo, Sisante y Tévar, a los que hay que añadir, los martes y los jueves, Atalaya del Cañavate y los miércoles Vara de Rey, por ejemplo. Desde que empezó al día de hoy ya ha entregado dos premios mayores pero también otros muchos de una menor cuantía. Vende el conocido cupón y también los cupones extra, así como la lotería instantánea y el juego activo como mi día, el super once y el triplex. Un día bueno puede suponerle unos ingresos superiores a los 200 euros entre todos los productos que ofrece, si bien, sus ventas actuales son un 20% menos que antes de la pandemia. Tiene clientes fieles, además, de los habituales o los que conoce desde hace tiempo y luego está el resto.

«Desde luego no me esperaba que me diesen este reconocimiento. Este premio, ha sido una sorpresa muy grande, pero también un orgullo, una satisfacción», dice.