¿Qué partidos puede perder?

Diego Izco
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La Liga (para no verse sentenciada) depende de que el Atlético pinche, pero los perseguidores empiezan a perder la esperanza. Por primera vez en la temporada, Barça y Madrid vivieron la tranquilidad de antaño

¿Qué partidos puede perder? - Foto: Pepe Torres

Ni una ‘plaga’ de lesiones y positivos por coronavirus, ni un rival rocoso que logró igualarle (sí, «igualarle», cuando todos creíamos que estabas muerto si el Atlético se te ponía por delante), ni la sequía coyuntural de Suárez, ni el arbitraje sibilino de Mateu, con un solo cambio, en el peor momento de forma de la temporada... Tiras (Correa), le rebota a alguien (Vallejo) y la pelota entra. 1-2. Tres puntos más para el saco y, al fondo, una pregunta que no encuentra respuesta:¿qué partidos puede perder el Atlético de aquí a final de temporada... si ni siquiera perdió el del sábado con prácticamente todo en contra? Caerá, seguro, porque Europa todo lo menea, pero habrá que ver, cuando eso ocurra, cuántos han perdido antes los perseguidores. 

 

La tranquilidad

Terminó el partido de Valdebebas y muchos jugadores del Real Madrid tenían dudas sobre si el rival se había presentado o no. «Al Valencia nunca hay que darle por muerto», dijo Gayá. Pero son tantos síntomas... La cuestión es que el 2-0 del Madrid fue el partido más cómodo de todo el curso, tanto o más que los últimos 20 minutos del Barça-Alavés (sellados con un 3-0 para ampliar el 2-1 con el que se había llegado al 70). Trincao metió su primer doblete como profesional, Kroos volvió a ver puerta, Messi demostró que está en forma, Modric ni te cuento... Cuando pueden jugar tranquilos, algo que hace algún tiempo que no sucede, Madrid y Barça siguen siendo los mejores. Han perdido, eso sí, demasiado tiempo y distancia.  

 

El inesperado

La lucha por evitar el descenso tiene un punto extraño esta temporada:entre el Valladolid y el Levante hay apenas dos partidos de distancia. Yal margen de lo que sucediera en el Cádiz-Athletic (o contando con ello) son más los equipos que tienen pesadillas con Segunda que los que sueñan con Europa. En estas circunstancias de tanta igualdad, la historia suele condenar a alguien que nadie espera por el simple hecho de que no está acostumbrado a pelear tan abajo.