«La SMR tiene que ir dirigida directamente a la ciudadanía»

Jonatan López
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El director artístico de la Semana de Música Religiosa de Cuenca en los últimos cuatro años repasa su gestión, valora la cancelación de la edición de 2021 y muestra su interés en continuar con el proyecto

El festival tiene que ir dirigido directamente a la ciudadan - Foto: Reyes Martí­nez

La buena música, la excelsa, es la medicina del alma», recuerda el director de orquesta y gestor, Cristóbal Soler, que en los últimos años se ha encargado de, batuta en mano, conducir la prestigiosa Semana de Música Religiosa (SMR) de Cuenca. La pandemia privará al público melómano de disfrutar de la que hubiese sido 60ª edición –si la de 2020 también se hubiese celebrado–, justo en el año que Cuenca cumple su vigésimo quinto aniversario como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. El director artístico valenciano avanza su intención de proseguir con el proyecto.

¿Cómo valora la decisión del Patronato de la SMR de suspender de nuevo el festival por la Covid? Ha sido una decisión muy difícil. Me pongo en la piel de los patronos –Ayuntamiento de Cuenca, Diputación Provincial, Junta de Comunidades, Consorcio de la Ciudad de Cuenca, Obispado de Cuenca, Ministerio de Cultura y Globalcaja–  y es complicadísimo. Ellos saben que tiene un impacto cultural para Cuenca y Castilla-La Mancha. Somos el evento musical más potente, por su prestigio, su historia, el nivel y la internacionalización. Con todo el público y los artistas que llegan, semanasanteros que también disfrutan de nuestra Semana Santa, es un desastre económico, pero ahí está la Covid y no queda otra que cancelar.

Una vez que finalizó su contrato en noviembre como director artístico del festival, ¿tiene intención de continuar? ¿Ha mantenido contactos ya con el Patronato para renovar ese compromiso? Si que es verdad que, a nivel contractual, mi contrato finalizaba en noviembre. Aunque nuestra función siempre es hacía afuera, sobre todo en mi caso artística, sí que hemos tenido que resolver muchos problemas económicos, sin haber una gerencia y con todo el apoyo del Patronato. La prioridad de los primeros patronos, cuando llegué hasta este cambio, fue la de sanear y mantener el nivel y prestigio que había en el festival y lo hemos conseguido. De hecho, en 2017, 2018 y 2019, el mismo Observatorio de Cultura consideraba por primera vez el evento, ya no musical sino cultural, el más potente de Castilla-La Mancha. Hay un reconocimiento para los patronos por mantener el nivel, a pesar de los pesares. Cuando hay una deuda es muy complicado. Solo para averiguar la realidad económica costó un tiempo. Falta el último empujón para sanear, pero sí que me hace ilusión de que haya un compromiso por retomar el festival en 2022, que esté completamente saneado y que parta de cero, empezando por mí que nunca tuve la posibilidad de empezar de cero.
Me consta que el Patronato tiene  una reunión próxima para plantear cómo resuelven 2022. Se me hizo llegar que quieren contar conmigo. Entiendo que, como muy tarde, después del verano ya deberíamos estar trabajando para el festival siguiente. Soy director de orquesta, gestiono diferentes proyectos, pero para mí el evento prioritario, por su calidad y por lo que representa, es el festival. Vamos a esperar a la reunión que tendrá el Patronato y, si me lo plantean, estaré encantado porque tengo ya la experiencia de cuatro años, que es un valor añadido.

A día de hoy, ¿están abonadas las cantidades que se adeudaban a los músicos participantes en anteriores ediciones? Mi función es más artística, eso se debería preguntar al Patronato. Se ha adelantado económicamente mucho. Acreedores como tal, casi no hay. Hacienda está revisando esos años de mala gestión que hemos heredado nosotros. Lo dejo muy claro. Fue muy difícil porque hubo una mala gestión heredada, tanto por los patronos que entraron en aquel momento como los de ahora. Estas cosas no son rápidas. Es verdad que a nivel acreedor se ha resuelto muchísimo. De hecho, no hay una presión social como hubo, que era normal. Sé que está encaminado y todo se va a resolver al cien por cien, pero no soy el indicado para dar detalles. Lo positivo es que con este esfuerzo, doloroso, al menos el festival va a quedar completamente saneado. Ya tocaba. Lo que pasa es que hay que hablar poco de esta parte y sí de lo positivo, de las cosas que se han hecho bien. En este punto tengo que dar las gracias por la buena voluntad de los patronos, tanto los primeros como lo que están ahora.
¿Cuál es la valoración de su paso, hasta ahora, por la SMR? En breve haremos una nota de prensa para los medios con un balance artístico de lo que han sido estos cuatro años, agradeciendo a los patronos y a cada uno de los ciudadanos de Cuenca, porque me sentí parte de ellos. Un balance para que todo el mundo sepa los logros y se sienta orgulloso de decir: ‘Soy de Cuenca y aquí tenemos un festival maravilloso de música que se conoce en todo el mundo’. Hacía años que Televisión Española no estaba en el festival y, desde que yo llegué, todos los años, consecutivamente, ha estado presente, con lo que significa ese impacto. La entrega del premio honorífico a la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE se emitió en el cierre del Telediario del Sábado Santo, con un pico de más de un millón de oyentes en vivo. Estamos hablando de logros que son históricos. Los recitales que pasamos por Televisión Española tuvieron a 60.000 personas viéndolo en los Conciertos de La 2. Para mí era prioritario dar visibilidad de la excelencia del festival. También está el reconocimiento que nos otorgó el Observatorio de Cultura por nuestro trabajo.

Cuando pase la pandemia, ¿hacia dónde cree Cristóbal Soler que debería ir la SMR? ¿Habría que aprovechar el paréntesis para reinventarse? Yo soy optimista. La SMR tiene que ir dirigida directamente a la ciudadanía. Tiene que haber un proyecto social, de visibilidad, potente, y hacer de la Semana un festival del que se sienta muy orgullosa la gente de Cuenca, de Castilla-La Mancha, el español y el europeo melómano. Por eso, habíamos empezado a invertir en las redes sociales y en comunicación, en un canal audiovisual y digital que podría estar en casa de cada una de las personas, para que conozcan la SMR como algo muy cercano, de calidad. La música es un derecho universal para todas las personas y más apoyado y valorado por las instituciones que, en este caso, son en su mayoría públicas. Para un futuro yo ya estaba planteando un proyecto internacional en tres festivales para que entre financiación europea. Es un proyecto muy nuestro y creo que la dirección va en ese camino: mantener esa excelencia, reforzar Cuenca a través de su festival y de la música, que sea un impacto no solo cultural sino también económico y, sobre todo, hacerlo mucho más cercano a los ciudadanos.