«Los medios convencionales van a tener un papel importante»

Jonatan López
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Entrevista con Belén Galletero, periodista, profesora e investigadora de la Facultad de Comunicación de Cuenca que recientemente publicó su último libro 'Ciudades sin periódico. Auge y declive de la prensa provincial de Castilla-La Mancha'

«Los medios convencionales van a tener un papel importante» - Foto: Reyes Martínez

Cómo ha evolucionado la prensa escrita en Castilla-La Mancha en los últimos años, qué causas provocaron su crecimiento y cuales su caída, y cómo será la comunicación en el futuro. Estas cuestiones se resuelven en el último libro de Belén Galletero, periodista que actualmente ejerce como profesora e investigadora en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca.  ‘Ciudades sin periódico. Auge y declive de la prensa provincial de Castilla-La Mancha’ (Editorial Fragua) analiza la involución de un medio que persiste a  pesar de las diferentes crisis, se reinventa, readapta a sus lectores y trata de sobrevivir en un mundo de la información eminentemente digital.

¿Qué le llevó a investigar y desarrollar una publicación sobre la evolución de la prensa escrita en Castilla-La Mancha?

En 2015, fecha en la que entro a la Facultad y se pone en marcha el Observatorio de la Comunicación, nos dimos cuenta de que no había prácticamente información de los medios en Castilla-La Mancha. Como no hubo Facultad de Comunicación hasta 2010, no había gente que conociera los medios y sobre todo que tuviese interés por investigarlos. Como protagonista de lo que fue la decadencia y la crisis de los medios, pensé que había una laguna por cubrir, un ámbito por investigar, y me interesaba conocer porqué se había producido todo aquello.

¿En qué momento cree que existe un repunte de los medios de comunicación escritos en las provincias de la región?

Sobre todo fue en los primeros años de la década del 2000. Hasta la fecha hubo dos cabeceras por provincia y, a partir de entonces, se produce el auge de los semanarios, o aparecen diarios gratuitos como la edición de Metro de Castilla-La Mancha. Por ejemplo, Guadalajara había sido una provincia complicada porque siempre había habido semanarios, pero la prensa diaria no acababa de funcionar. Hasta 2006, hubo en la región una eclosión importante. El Grupo El Día tenía presencia en las cinco provincias y La Tribuna también. Nueva Alcarria, que había sido un semanario, pasó a tener dos ediciones por semana e incluso llegó a tener periodicidad diaria. Fue el momento en el que hubo más medios de comunicación en papel en Castilla-La Mancha.

Poco tiempo después se produjo el declive. ¿Qué razones cree que han llevado a perder tantas cabeceras en los últimos años? ¿Hay culpables?

Para ver las razones que llevan a cerrar cabeceras tienes que investigar y deducir cómo se formaron, las tendencias de consumo y la demanda que hubo. Algunas causas son estructurales y otras fruto de la coyuntura de la actividad económica. Entre las estructurales, algunas afectan a la región y al hecho de las dificultades que tenía la prensa en el territorio. Por ejemplo, la dispersión geográfica en una comunidad superextensa, con municipios de tamaño muy pequeño que dificulta la distribución; índices de lectura de prensa muy bajos en comparación con los que puede haber en la zona del norte, en comunidades como Navarra o País Vasco; índice de alfabetización bajo en comparación con otras comunidades, sobre todo en los años 80 y 90 que es cuando surgen las iniciativas privadas en un contexto de democracia; y muy poca costumbre de leer y menos aún prensa. Esas causas que tiene Castilla-La Mancha, endémicas y difíciles de superar, han hecho que el mercado de la prensa sea difícil. Especialmente en provincias como Cuenca y Guadalajara, que fueron las primeras que se quedaron sin prensa, con mayor despoblación y con más municipios pequeños. En cambio, otras como Albacete y Ciudad Real tienen poblaciones más grandes y ahí la prensa se defiende mejor.

A partir de 2008 se juntaron otros factores como la crisis económica, el paro, el descenso de los ingresos por publicidad, la desaparición de empresas, industria y una recesión que afectó mucho a Castilla-La Mancha. Eso tuvo un reflejo en la publicidad de los medios. Además, fue una crisis vinculada al sector de la construcción y, quizá, lo menos evidente, es que muchas de las empresas de la construcción tenían vínculos con los medios de comunicación. Muchos de esos medios, sobre todo en Guadalajara, acabaron en manos de constructoras y empresas del sector inmobiliario. Cuando llega la crisis y estalla la burbuja del sector de la construcción, todas esas publicaciones acaban sufriendo un daño colateral.

¿Es Castilla-La Mancha, por tanto, una de las regiones con mayores carencias informativas del conjunto nacional?

Los grandes grupos de comunicación, por ejemplo el Grupo Zeta, prensa Ibérica o Vocento, no invirtieron en las cabeceras de la región. Creo que a ninguno de esos grandes grupos se le hubiese ocurrido montar aquí un proyecto. Hubo algunos intentos, como el del Diario 16 que en algún momento lanzó un cuadernillo provincial en Cuenca en el que combinaba la información nacional con la local, pero todos esos intentos no llegaron a cuajar porque es un mercado muy difícil. Los inversores no lo han visto como un mercado atractivo. También es verdad que todo tiene que ver con la demanda. Las tiradas han sido siempre muy pequeñas, unos 3.000 ejemplares de media por cabecera. En otras comunidades no pasa eso.

En Andalucía, que por extensión es similar, hay grupos más importantes y cabeceras históricas, con mucho arraigo y que tienen más de 100 años. En Extremadura, que también es un territorio rural, los diarios también tienen mucha penetración en el territorio y, en Castilla-La Mancha, la mayor penetración la tienen los medios nacionales, generalistas y deportivos.

A nivel local, ¿el declive de la prensa escrita aceleró la irrupción de los medios digitales?

Es verdad que a partir de 2008, y con la crisis económica, hubo otro factor importante como la aparición de las redes sociales y los medios digitales. Los periódicos no supieron muy bien qué hacer cuando se empezaba a utilizar Internet para la difusión. No dieron con la fórmula, no hubo una estrategia común y los periódicos nacionales perdieron una oportunidad de adoptar un modelo y proteger lo que hacían. Una vez que otros acostumbraron al público a que todo es gratis, todo ello es más difícil de revertir. La gente no le ve sentido a pagar por algo que tienen ahí gratuitamente.

¿En qué momento está la prensa conquense? ¿Se atreve a pronosticar cómo será el futuro de la información y comunicación local?

Hay muy poca oferta de la prensa. Es un mercado muy pequeño y ojalá hubiera más variedad. La información será inmediata, más escueta y de actualidad en el medio digital. Estará complementada con un semanario y con productos en papel que ofrezcan otro tipo de noticias, más elaboradas, extensas y reflexivas, otros géneros periodísticos en definitiva. Eso es lo que nos queda para futuro. Lo que hay es muy poco y me parece que es una pena, porque cuantos más medios hay más pluralidad existe. Ahora mismo, el único grupo en papel que subsiste es el de La Tribuna y las únicas cabeceras que quedan en papel en formato diario y los semanarios en papel tienen todavía recorrido.

Precisamente, y hablando de la prensa escrita como medio de comunicación de masas, ¿ve todavía futuro para el formato?

Es difícil saberlo. Se puede hacer una proyección con fórmulas matemáticas para conocer, si sigue esta progresión, en qué año terminaría, pero luego influyen muchos aspectos como las particularidades de cada mercado. No es lo mismo hablar del papel aquí que en Galicia. Es complicado saber si tiene futuro, pero viendo a las generaciones más jóvenes y el consumo que hacen de la prensa en papel, podemos saber que tiene fecha de caducidad.

Al final, los datos de consumo indican que la edad media del consumidor de prensa va aumentado década a década en varios años. Llegará un momento que el consumidor tenga 60 años de media. El papel quedará para otros géneros, otros formatos, quizás revistas. Ni siquiera las generaciones más jóvenes consumen revistas en papel y lo hacen en otros formatos. No sé si va a tener relevo y esto, claro está, no va a pasar en 10 años, pero los hábitos de consumo que veo entre la gente joven me llevan a pensar que es difícil.

¿Está asegurado el reemplazo de profesionales de la prensa entre los alumnos de la Facultad de Comunicación?

Esta es una profesión muy bonita, y al que le gusta le gusta mucho y tienen toda la motivación. Lo que pasa es que van a trabajar en un mundo totalmente diferente al que conocimos los periodistas de antes. Eso no tiene vuelta atrás. Muchos de ellos, probablemente, no vean nunca una rotativa ni conozcan cómo son las dinámicas de trabajo en un periódico. La maquetación de una página de un diario no la trabajan nunca en el ejercicio profesional. Igual maquetan otras cosas, pero no una página de diario o no trabajan sobre un planillo ni ven un tipómetro. Hay mucha motivación y mucha formación, pero adaptada a otros lenguajes. Trabajarán mucho más en el entorno web.

¿Qué papel, y nunca mejor dicho, van a tener los medios que resistan la crisis económica?

Los medios convencionales van a tener siempre un papel muy importante. La prensa ya no tiene el papel que tuvo en su día, cuando una portada de un periódico montaba un escándalo. Ahora, como los escándalos se montan continuamente en los foros, digamos que no tiene la exclusividad que tuvo en su día. 

No obstante, los medios de comunicación tradicionales siempre estarán ahí para informarse correctamente y de manera veraz. Hace falta que la ciudadanía también lo comprenda así. No sería bueno acabar informándose por el grupo de Whatsapp, por las diferentes redes sociales o por algo que comparte alguien y que no se sabe de dónde viene. Si el ciudadano no se informa de una manera crítica caerá al final en la desinformación, que es el gran peligro que tenemos hoy.