A un paso de la prisión permanente revisable

Redacción
-

Tanto las acusaciones particulares como la Fiscalía han solicitado prisión permanente revisable para Patrick Nogueira por el asesinato de sus tíos y sus dos primos, de 1 y 4 años, en el verano de 2016 en Pioz. El veredicto del jurado no da validez

Patrick Nogueira está a un paso de volver a la cárcel con una condena de prisión permanente revisable por asesinar a sus dos tíos y a sus primos, de 1 y 4 años, en el verano de 2016 en Pioz, Guadalajara. El sábado a última hora el veredicto del jurado confirmaba que en el crimen hubo intencionalidad, abuso de confianza y ensañamiento con los menores, sin ningún eximente como la «enfermedad mental» que alegaba su defensa para rebajar su pena a 40 años.

En este sentido, Alberto Martín, uno de los abogados de la acusación particular, se mostraba ayer   satisfecho por el veredicto y convencido de que la pena será de prisión permanente revisable. Y es que, como explicaba en una entrevista en la Cope, el abanico de penas al que se enfrenta Nogueira después del veredicto del jurado «es muy estrecho», porque todos los atenuantes de la defensa han sido rechazados.

Además, explicó, las penas deben ajustarse a las peticiones de las diferentes acusaciones, «que varían muy poco»  entre ellas. Y es que tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones han mantenido a lo largo del juicio su solicitud de pena de prisión permanente revisable porque dos de los asesinados eran menores. Por tanto, «se puede discutir si son una o dos», pero de lo que «no cabe duda es de que va a haber al menos una pena de prisión permanente revisable».

De ser así sería la quinta prisión permanente revisable que se impone en España desde su entrada en vigor en 2015.

En cuanto al desarrollo del juicio, Martín insistió  en todo momento en que  «no ha habido ni ajusticiamiento, ni venganza». Ha sido un juicio «ponderado» en el que el jurado «no se ha dejado engañar por la defensa», que hablaba de un supuesto «daño cerebral» que  «predeterminaba  a Nogueria de manera inexcusable a acometer estos asesinatos sin que él pudiera evitarlo». «Nos parece algo inaudito porque cualquier persona que tuviera un daño cerebral de cualquier tipo se convertiría en un asesino y además no se le podría juzgar».

Como insistió Martín, Nogueira no actuó de forma impulsiva o por arrebato, el crimen se llevó a cabo de manera «premeditada, planificada detalladamente y ejecutada» durante varias horas. Además, «lo que hace diferente este crimen de todos los demás horrendos de la historia de la criminología española es que fue retransmitido en vivo y en directo a través de los mensajes que le mandaba a su amigo».

A la espera de que la jueza dice sentencia, el jurado popular considera probado que las cuatro muertes  de Pioz fueron asesinatos al existir alevosía e intencionalidad. Con el añadido de que hubo ensañamiento con los menores, al dar por probado que estaban presentes en el momento de la muerte de su madre. Además, frente a lo expuesto por la Defensa, el jurado considera que ninguna de las víctimas no tuvieron posibilidad de defensa.

Asesinatos que, según el veredicto, se hicieron «con plena conciencia de lo que se hacia e impulsividad nula», por un adulto que «tiene la capacidad de discernir y plena conciencia de lo que hizo y que quería hacerlo».

En este sentido, el jurado no da validez  a la prueba diagnóstica del PET TAC aportada por la defensa según la cual el procesado tiene un daño en el cerebro. «No es concluyente», y aunque sí estiman que el acusado tiene una anomalía, esta «no interfiere en su capacidad de decidir».

Los hechos juzgados esta semana en Guadalajara ocurrieron el 17 de agosto de 2016, cuando Patrick Nogueira acudió al chalé de Pioz donde vivía su tío, Marcos Campos, la mujer de éste, Janaina Santos, ambos de 39 años y procedentes de Brasil, y sus dos hijos, de 1 y 4 años de edad, y acabó con la vida de toda la familia.

A los dos adultos, los mató, descuartizó y metió en bolsas de plástico y a los dos niños, tras asesinarlos, los guardó también en bolsas de plástico. Los cuerpos sin vida no fueron descubiertos hasta un mes después, en concreto el 17 de septiembre de 2016, cuando un empleado de mantenimiento alertó a los vigilantes de seguridad de la urbanización del mal olor que procedía de la vivienda.