Alberto Núñez Feijóo está convencido de que no se equivocó cuando decidió «apostar por Galicia». Tras la victoria de ayer en las urnas, el presidente en funciones de la Xunta y candidato a la reelección por el PP, no encuentra otro convencimiento que este, ante un triunfo por mayoría absoluta por cuarta vez consecutiva: «esa apuesta valió la pena para siempre», sentenció emocionado. 

Por ello, en su comparecencia tras conocer los resultados finales, una mayoría absoluta de 42 diputados que supera en un escaño las de las dos últimas legislaturas, el líder de los populares gallegos manifestó su intención de que va a «gobernar para todos», incluso para los que no le han votado, que pueden tener la «tranquilidad y seguridad» de que siempre pondrá a Galicia por delante.

Feijóo, que compareció en un hotel en las inmediaciones de la sede del PPdeG en Santiago, ante un atril en el que se cambió el lema de campaña «Galicia, Galicia, Galicia» por «Grazas, grazas, grazas», brindó este triunfo «a todo el PP de España» y en concreto a su presidente, Pablo Casado, y afirmó que va a contribuir desde Galicia a la «gobernabilidad» de España, en un claro gesto de acercamiento a un ala más radical de su partido con la que no ha ocultado diferencias.

La escenificación más reciente de ese contrapunto es la crítica que Feijóo hizo tras la bronca protagonizada en el Congreso por la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y el vicepresidente Pablo Iglesias. «Basta ya de este tipo de espectáculos», pidió.

También en esta última campaña -en la que las siglas han vuelto a quedar reducidas a tamaño de copyright en una imagen gráfica centrada en el propio Feijóo-, se volvió a evidenciar la preferencia de los populares gallegos por rodearse de dirigentes estatales con fama de moderados, como Esteban González Pons.