Otro gallo en el corral

Leo Cortijo
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Óscar Pastor 'Gallito', hermano pequeño de Aitor Darío 'El Gallo', decide dar un paso al frente y afrontar el reto de torear en público, un camino «tan ilusionante como complejo»

Otro gallo en el corral

Hasta la fecha, en el particular gallinero de los Pastor López sólo cantaba un gallo: Aitor Darío, que al ser el primero, tomó el apodo de su abuelo y mentor: El Gallo. Sin embargo, a partir de ahora, cantará otro gallo más: Óscar Pastor, Gallito. Así ha querido anunciarse en los carteles –«para no repetir»– el hermano pequeño del último matador de alternativa de Cuenca, que ha decidido dar el paso y afrontar un camino «tan ilusionante como difícil». La puesta de largo, su debut en público, fue este jueves en un pueblo de la provincia, Talayuelas, y a partir de ahí quiere crecer «siguiendo la estela de Aitor», al que siempre ha tenido como «un espejo» en el que mirarse.

Tras «pensarlo bien», afronta el reto «por la incertidumbre y la curiosidad de saber si puedo o no puedo ser capaz». Por eso, y por «querer torear», que es algo que ha «mamado» en casa desde niño. De esta forma, entendía que «el momento era ahora o nunca y no podía dejarlo pasar». Con todo, sabe que la decisión que ha tomado está cargada de «responsabilidad», sobre todo, «por ser hermano de quien soy», y es que por eso «se me va a exigir todavía más». Óscar sabe que el camino más largo empieza por un primer paso, y que si ha decidido andar ese camino «no es como un hobby o por pura diversión», sino porque «lo he pensado mucho y estoy convencido».

Se dice que nunca es tarde si la dicha es buena, pero la realidad es que tiene ya 18 años y esa es una edad tardía para comenzar en serio. Sin embargo, él convierte este hándicap en «un punto a favor», ateniéndose a que ahora es más «maduro» y que sabe lo que quiere.

Entrena su físico a diario, como su toreo de salón, y es que las pruebas prácticas en el campo, en forma de tentaderos, se cuentan con los dedos de una mano. Su «mejor maestro» es su propio hermano, que ya le ha aconsejado sobre lo que le viene «por cómo es esta profesión» y sobre cuestiones técnicas. «Él es mi apoyo», termina el pequeño de estos dos gallos.