Un kilómetro, un céntimo

Jonatan López
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El Gobierno de España estudia implantar una tarifa por kilómetro a los vehículos ligeros y pesados en la red de autopistas

Un kilómetro, un céntimo - Foto: Francisco Romero Reyes MartÁ­nez

Un céntimo por cada kilómetro que se recorra en una autovía. Ese es el precio que el Gobierno de España pretende cobrar a cada vehículo, profesional o familiar, que circule por alguna de las autopistas del país. No es un precio definitivo ni siquiera existe una fecha concreta para implantar esta medida, pero en las últimas fechas la posibilidad va tomando forma. El objetivo claro es el de recaudar dinero que se dedicará al mantenimiento de la red viaria. 

Lo que resta por saber es el modelo que tomará el Gobierno, que estudia establecer un precio por kilómetro recorrido, la tarifa plana para cada automóvil al año y la Euroviñeta o pago por peso y número de ejes de cada vehículo. Si finalmente se aplica una tarifa por cada kilómetro, todo apunta a que sería cercana al céntimo de euro. No obstante, la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (ACEX) cree que para cubrir el mantenimiento –con un coste aproximado de 4.600 millones anuales– se necesitaría que la tarifa fuese de tres céntimos para los vehículos ligeros y de nueve céntimos para los pesados. En todo caso, el sistema no se implantaría hasta 2024. 

Precios. Hasta 400 kilómetros de la red de autovías que pasan por la provincia –A3, A-31, A-43, A-40 y AP-36– serían susceptibles de aplicar la nueva tarifa. Cabe tener en cuenta que la A-3, desde su entrada por Belinchón hasta su salida en Minglanilla o viceversa, supondría una buena cantidad de ingresos para el Estado. Son miles los vehículos que transitan entre estos puntos kilométricos al día, o bien para transportar mercancías entre Madrid y Valencia, o bien para los masivos desplazamientos desde el centro del país a las costas levantinas en periodos vacacionales. Por poner un ejemplo, un vehículo que se desplace desde Madrid a Valencia, o en sentido contrario, tendría que abonar 1,76  euros a su paso por la provincia. 

Un kilómetro, un céntimoUn kilómetro, un céntimoPara un conductor de Cuenca capital, desplazarse a Madrid tendría un coste aproximado de 1,72 euros, al hacer uso de la A-40 y la A-3, y de 1,18 si se desplaza hasta Valencia, puesto que no tomaría la autovía A-3 hasta Minglanilla. En cambio, desplazarse hasta Ciudad Real llevaría un desembolso asociado de 2,39 euros si se circula por Ocaña y de 2,03 por La Almarcha, hasta Atalaya del Cañavate y haciendo uso de la A-43.

Ahora bien, si el precio se eleva a los tres céntimos el kilómetro, el viaje desde Cuenca capital a Madrid se elevaría a 5,16 euros y a Valencia se pagarían 3,54 euros. En este escenario, un conquense que se desplazará hasta A Coruña o a Alicante tendría que abonar hasta 22,8 euros y cerca de ocho euros respectivamente.

Lo cierto es que el modelo de peaje, al parecer, sería muy parecido al que se estableció en Portugal hace una década aproximadamente. Es decir, las autovías lusas cuentan con un sistema que cobra diferentes tarifas en función del vehículo –altura y número de ejes– que transite por la red viaria. 

En este sentido, las autopistas del país vecino cuentan con dos sistemas de peaje: el tradicional de pago en cabina que se asemeja al español y los pórticos que se sitúan a lo largo del recorrido y que mediante cámara leen la matrícula y cargan el importe en las tarjetas de crédito del usuario o en la tarjeta VIA-T. Este es un sistema muy parecido al que se usa en Francia, si bien su extensa red viaria admite hasta cinco categorías a la hora de pagar por cada kilómetro. 

Por otro lado, numerosos países de la Unión Europea aplican el conocido como sistema de viñetas que cobra peajes en función del uso de las autopistas. El conocido como método Euroviñetas se aplica al transporte pesado y consiste en una pegatina en el parabrisas que portan los camiones con un peso superior a las 12 toneladas y que transportan mercancías por Europa. 

A día de hoy ya hay varios países de los 27 que lo aplican –Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia o Austria– pero la Unión Europea pretende que para reducir las emisiones y mejorar la huella ecológica se apliquen en los próximos años al conjunto de países comunitarios. De hecho, existe la posibilidad de ampliar este sistema a vehículos de menor peso como furgonetas o caravanas. Una de las razones que han motivado el parón de las asociaciones de transporte del país es, precisamente, la intención de aplicar cuanto antes la Euroviñeta que conllevaría un importante gasto extra para las empresas.