Brindando con resoli, como mandan los cánones en Cuenca. Así celebraron los principales representantes de las administraciones conquenses el desembarco en la ciudad del Centro de Estudios Penitenciarios, algo que marcará “un antes y un después” para los conquenses. De entrada, y según avanzó el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, supondrá la creación de en torno a 100 puestos trabajo, además de unos notables “efectos indirectos” para sectores tan importantes como la hostelería, la restauración y el turismo.

A juicio de Guijarro, es una noticia que “puede cambiar el devenir” de la ciudad y la provincia, y por eso muchos conquenses estarán “satisfechos” ya que “se puede comprobar que las instituciones miran a Cuenca”. “Cuando hay voluntad de diálogo y de trabajar por los ciudadanos de Castilla-La Mancha siempre se consiguen buenos resultados”, remató el número dos del Gobierno autonómico, que además de detallar las instalaciones en las que se ubicará este nueva infraestructura, señaló que a ellas se sumará el futuro centro de convenciones, pues “es imprescindible en el desarrollo futuro de este proyecto”.

El máximo responsable del Ejecutivo regional, Emiliano García-Page, destacó por su parte el “enorme esfuerzo” desempeñado por todas las instituciones, lo que ha desembocado en una decisión como ésta, “de las muy gordas”, y es que “la batalla ha sido muy dura”. Tres factores de éxito en la gestión, argumentó, han sido “claves” para la consecución de esta meta: “unidad, determinación y seriedad”.

García-Page subrayó que la llegada del Centro de Estudios Penitenciarios supone “un punto de inflexión hasta en el estado de ánimo”, porque no solo le va a dar “más visibilidad” a Cuenca, sino que además se va a producir un “efecto tractor”, y es que estas inversiones “siempre traen más proyectos aparejados”. De esta forma, el Gobierno de España “cumple” con uno de los compromisos que adquirió con los territorios afectados por la despoblación, y es que descentralizar servicios “cohesiona el territorio”, sentenció el presidente de la región.

Darío Dolz, que no pudo esconder su emoción durante su comparecencia, hizo hincapié en que esto ha sido “una carrera de fondo” que las administraciones han recorrido de la mano de la Universidad de Castilla-La Mancha, a través de un trabajo “callado e inteligente”. Ese fruto es un proyecto, comentó, cimentado durante meses y llevado a cabo “con todo el cariño”.

El alcalde, que explicó que “no ha sido fácil” llevar este barco a buen puerto, mostró su deseo de que el nuevo centro se convierta en un referente nacional y, “ojalá”, internacional “de cara al futuro”. Asimismo, avanzó que en los próximos días mantendrá una reunión con los representantes del sector de la hostelería para darles a conocer los pormenores de la idea, y es que para ellos va a suponer una “revolución”, dijo.

Por último, el rector de la UCLM, Julián Garde, se mostró “feliz” por la noticia y recalcó que el proyecto es incluso “más ambicioso”, pues puede llevar aparejado un “observatorio de la realidad penitenciaria”, cuya actividad principal debe estar basada en la investigación. “Esto puede poner a Cuenca en el centro de la investigación en el derecho penitenciario”, sentenció al respecto.