Un millar de castellano-manchegos abandonaron el tratamiento

Carmen Ansótegui
-

Alrededor de 1.500 iniciaron un tratamiento para dejar de fumar en febrero, pero un mes después -y ya en confinamiento- solo seguía un tercio. El porcentaje de hombres fumadores en la comunidad se situó en 27,47% frente a un 21,62% de mujeres.

Un millar de castellano-manchegos abandonaron el tratamiento - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Más de 1.500 castellano-manchegos comenzaron en febrero un tratamiento para dejar de fumar, pero un mes después cerca de un millar dio un paso atrás debido a la dificultad que supone abandonar este hábito durante un confinamiento. El problema es que el Sistema Nacional de Salud sólo financia una intentona al año, de manera que si ahora quisieran retomar la medicación deberían costearlo ellos mismos. Expertos como Pedro Juan Tárraga López, Vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) de Castilla-La Mancha, piden que se dé a estos pacientes una segunda oportunidad, ya que se trata de una situación excepcional derivada de la pandemia.

La comunidad científica alerta de que el tabaquismo es un problema de primer orden. Se estima que cada año mueren 56.000 españoles por causas relacionadas con el tabaco. Castilla La Mancha es, además, la tercera comunidad en la que más personas se llevan un cigarrillo a la boca a diario. Concretamente, hasta el 24,6% de los ciudadanos mayores de 15 años de la región se declaran fumadores, mientras que la media nacional se encuentra en el 22’1%, según el último estudio publicado por el Ministerio de Sanidad con datos de 2017.

El mismo informe concluye que siguen siendo ellos, quienes más enganchados están. El porcentaje de hombres fumadores en la comunidad se situó en  27,47% frente a un 21,62% de mujeres. Se trata,  por tanto de un hábito tan extendido que hace que algunos médicos lleguen a afirmar que debería tratarse como una pandemia capaz de ocasionar patologías graves como cánceres y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Siendo un hábito tan lesivo para la salud siempre es buen momento para dejar de fumar aunque la actual pandemia de COVID-19 hace que este paso sea aún más necesario, ya que, tal y como asegura Tárraga López, se ha observado que quienes fuman «son más susceptibles frente al Covid-19». Por un lado, la probabilidad de contagio aumenta con la exhalación de humo y, en caso de infección por el virus, el cuadro es más grave, siendo también más probable que estos pacientes ingresen en la UCI.

De hecho, una nueva investigación publicada en la revista Tobacco Induced Diseases revela que las enfermedades cardiovasculares aumentadas por el tabaquismo están presentes en más del 30% de las víctimas mortales por coronavirus. Para Tárraga López estos hechos desmienten la teoría que apuntaba a que la nicotina podría servir para inhibir el virus. Asegura que afirmar algo así es una «barbaridad» y celebra que este mensaje no haya calado en la población.

Por contra, a día de hoy, queda probado que fumar facilita el contagio de la Covid-19, ya que tanto vapear como fumar aumenta el contacto mano-boca, la manipulación de la mascarilla y, como muchos fumadores suelen presentar tos y expectoración, hace que se propague con mayor rapidez el virus. Para disminuir este riesgo, protegiendo a menores y personas no fumadoras, recomienda aumentar los espacios sin humo en terrazas, piscinas, playas o recintos deportivos.

Buscar ayuda. No obstante, la medida más efectiva es ayudar a los fumadores a que lo dejen. Según la encuesta elaborada por Pfizer, ‘Rompe con la Nicotina’, el 70% de los fumadores españoles ha intentado dejar de fumar al menos una vez en su vida y, de media, lo han intentado hasta 4 veces. La reapertura de los centros sanitarios juega a favor de los fumadores, ya que una conversación de entre 2 y 5 minutos con el profesional sanitario duplica las posibilidades de éxito de dejar de fumar de manera definitiva.

Quienes den el paso de acudir a su centro de atención primaria podrán acceder a un tratamiento específico para el tabaquismo.  Concretamente se disponen ahora de tres fármacos en primera línea: la terapia sustitutiva con nicotina (TSN) en forma de parches, chicles o spray bucal, el bupropión (Zyntabac) y la vareniclina (Champix). Los dos últimos están ahora financiados por el Sistema Nacional de Salud. Destaca que  la TSN y el bupropión multiplican por 2 las posibilidades de abandono del tabaco, mientras que vareniclina multiplica por 3 dichas posibilidades.

Por ello, este médico anima a los fumadores a consultar con su médico o enfermera de atención primaria porque cuanto antes dejen de fumar, antes van a notar los beneficios. De ahí, que insista en que el ministerio «rescate» a los mil castellano-manchegos que se animaron a dar el paso en febrero y a los que el coronavirus dejó sin opción a convertirse en exfumadores.