De actuar bajo las estrellas a brindar por el Siglo de Oro

Hilario L Muñoz
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Cuatro actores de la Compañía Nacional de Teatro Clásico exponen sus ritos, hábitos y lo que supone el festival, la ciudad y respirar por unos días un ambiente cargado de teatro

De actuar bajo las estrellas a brindar por el Siglo de Oro - Foto: Rueda Villaverde

Sentados en una terraza de Almagro, cinco actores de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) brindan al unísono mientras gritan ¡Viva Almagro! Su ‘viva’ está lleno de recuerdos y de ilusión por iniciar un año más su actividad en el Festival Internacional, actuando en edificios que han visto años y años de teatro y poder actuar «bajo las estrellas», una de las experiencias que más valoran. 

A sus espaldas tienen la experiencia de subirse a las tablas muchos años. Hasta 15, en el caso de María Besant, que recuerda cómo vino en su época de estudiante y regresa ahora con pareja e hijo a una ciudad que la ha visto crecer como actriz y como persona. «Almagro es la casa del teatro del siglo de Oro y es como estar en mi casa», resume. A la vez, la ciudad es «un lugar de encuentro» para compartir aventuras y diversión, no solo por los actores sino también por quienes «llegan a Almagro, ven la función y regresan a su casa». 

«Almagro también es mi casa», señala Georgina de Yebra. Como María y el resto de actores que realizan ese brindis, llega a Almagro para interpretar La Comedia de las Maravillas. Ella, además, pasará unos días más al dirigir Lope sobre Ruedas, una obra infantil que ha surgido de esa bicicleta llena de manchas de pintura que acompaña a actores y técnicos y que, como un rito más, suelen alquilar a un almagreño cada año. De Yebra llega con sus dos hijas y sus suegros y con la idea de pasear por el pueblo, salir a comprar algo de queso y dar un paseo por sus calles, acompañada de las dos pequeñas.

De actuar bajo las estrellas a brindar por el Siglo de Oro De actuar bajo las estrellas a brindar por el Siglo de Oro - Foto: Rueda VillaverdeUna muestra de la experiencia de estos actores es que hay ciertos ritos que se repiten año tras año. Para Besant es disfrutar de un bocadillo y de las patatas de la abuela. Para Miguel Ángel Amor y Ariana Martínez, otros dos actores de la CNTC en ese brindis, es la visita al karaoke al concluir la función, para disfrutar con sus compañeros. Mientras De Yebra apunta a su relación con la plaza, con sus cenas. «Cada año hemos vivido un Almagro distinto», indican, pero esas estrellas y sus edificios son los que perduran. 

Todos comparten el hecho de ver Almagro como un espacio para frenar el ritmo de Madrid, «para trabajar y estar de vacaciones», dedicándose solo al teatro, montados en bici y «a comer bien». «Estás de vacaciones con tu compañía y eso cambia mucho porque haces una relaciones con tus compañeros qué suponen un salto enorme», explica De Yebra. De hecho, buena parte de la CNTC reside estos días en el mismo espacio, un cortijo donde cada uno tiene su habitación, su espacio de intimidad. Otros años han ocupado buena parte del camping. 

«Para mí Almagro es el postre de la temporada, es la mejor forma de acabar cualquier montaje», explica Martínez, de hecho, ve en la ciudad casi «su propio pueblo», remarcando que es un pequeño municipio, un espacio en el que se cruza con muchos actores de otras compañías y se crea un ambiente único. «Aquí puedes leer, descansar y hacer tu trabajo desde un punto de vista más placentero», indica Amor, gracias a ese ritmo lento que concluye en la noche con la representación teatral.

De actuar bajo las estrellas a brindar por el Siglo de Oro
De actuar bajo las estrellas a brindar por el Siglo de Oro - Foto: Rueda Villaverde
Con este bagaje la vida de una compañía en Almagro se resume en ensayos de tarde y vida tranquila por la mañana, entre paseos por el centro y comidas en la plaza. Se trata de crear una comunidad que luego continúa detrás del telón. Por ejemplo, en la obra con la que llegan a Almagro hay una coreografía de cómo se cambian la ropa, se ayudan a ponerse en la piel del personaje o toman aspectos de su día a día para llevar parte de su vida de Almagro a la propia representación. 

ARCHIVADO EN: Teatro, Cuatro, Madrid