Rujamar creará más de 300 empleos directos y 400 indirectos

J. López
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La compañía conquense, líder en producción de huevos ecológicos, rechaza las acusaciones de la plataformas que aseguran que las granjas avícolas generan malos olores y contaminan acuíferos

Rujamar creará más de 300 empleos directos y 400 indirectos

El grupo avícola Rujamar generará cerca de 300 puestos directos y más de 400 indirectos en la provincia, gracias a los proyectos que se llevarán a cabo en los próximos meses. A la granja de San Lorenzo de La Parrilla se suman la nueva oficina central y la planta de ovoproductos de Cuenca capital y otra nueva explotación que se ubicará en San Clemente, para la producción de gallinas en suelo. 

La empresa, que lidera la producción libre de jaulas en España, da ya trabajo a cerca de 150 puestos en la planta parrillana y genera empleo indirecto a servicios de limpieza y mantenimiento, veterinarios, electricistas o a transportistas, pero sumará cerca de 80 puestos de trabajo en Cuenca y se estima que cerca de un centenar en San Clemente. 

Sobre el proyecto sanclementino, el director general, Rubén Martínez, recuerda que la empresa conquense «ha pasado el impacto ambiental y la autorización ambiental integrada con su calificación urbanística por todos los organismos afectados por el proyecto, y todos han dado su respuesta favorable porque reúne todos los requisitos».   

Plataformas. Martínez afirma que «son falsas» las acusaciones de las plataformas contra las macrogranjas que afirman que la granja avícola genera pobreza, destruye empleo, causa la sobreexplotación y contaminación de acuíferos, y desmiente que una granja avícola como la que gestiona Rujamar genere malos olores. «La legislación medioambiental que hay en Castilla-La Mancha es muy exigente», asevera.

Asimismo, menciona que Rujamar es «el mayor productor de España en producción alternativa, el mayor defensor del bienestar animal, desde junio de 2018 no tenemos jaulas, y el que más produce huevos ecológicos», por lo que, traslada que las plataformas no pueden argumentar que creamos malos olores, contaminamos las aguas o que acabaremos con los acuíferos. Una parcela de 50 hectáreas de regadío de cebollas gasta más agua que una explotación avícola y genera menos empleo», atestigua.

 Además, cuenta el director general que un género de excelente calidad alimentaria como los productos de la industria avícola «exigen máquinas de ecografías, detectores ultravioletas, de sucios o de fisuras como las que usa Rujamar, que no podrían implantarse en una industria pequeña», el modelo productivo que proponen las plataformas.