La Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad del Puente tiene una fecha clave marcada en rojo en el calendario. El próximo 1 de marzo, una Junta General Extraordinaria someterá a votación el borrador de sus nuevos estatutos, que de recibir el visto bueno por parte de los hermanos de la cofradía serían enviados al Obispado para su aprobación definitiva.

La hermandad del Jueves Santo conquense ha llevado a cabo la modificación de algunos artículos motivada por la inscripción en el Registro de Entidades Religiosas, tal y como establece el derecho canónico. Un trámite que tenía que cumplir sí o sí. Ahora bien, en paralelo a este apartado, procedieron a renovar algunos puntos para «adaptarnos a la legislación vigente y a los tiempos que corren», según apunta el secretario de la misma, Luis Ángel Martínez.

Hasta ahora, con los estatutos actuales, que son del año 1998 –éstos sustituyeron a los de los años 20 del siglo pasado–, el papel de la mujer en la hermandad estaba relegado a un segundo plano. Este borrador «evita la distinción entre hombre y mujer», recalca Martínez, y es que «en los estatutos que tenemos ahora aparece ‘hermanos’ y ‘hermanas’, mientras que en el borrador se recoge como ‘miembro de la hermandad’, englobando a los dos sexos por igual».

De aprobarse estos nuevos estatutos, la Soledad del Puente registrará tres cambios fundamentales relativos a su funcionamiento interno. El más importante, sin ninguna duda, es que las mujeres podrán ser banceras de la Virgen, cosa que antes no ocurría. A juicio del secretario, «éste era un paso que teníamos que dar». Por otro lado, hasta ahora había tres hermanos mayores y dos hermanas mayores de turno. Los nuevos estatutos contemplan en este apartado que haya cuatro hermanos mayores por riguroso orden de lista. Y algo muy parecido ocurre con los hachones de turno, que estaban reservados únicamente para las mujeres. El borrador ofrece la posibilidad de que pueda ser un hombre quien lo porte.

A título personal, Luis Ángel Martínez tiene clara su postura en relación al «paso importante» que puede dar la hermandad, siempre y cuando el órgano soberano, la Junta General, dé luz verde a ello. «En una hermandad de Semana Santa hablamos de devoción, y si es así no puede haber distinciones de género a ningún nivel, porque la misma devoción tengo yo para sacar a la Virgen que la que puede tener mi mujer», argumenta tajante Luis Ángel Martínez, que sentencia al respecto: «Si hablamos de devoción no puede haber prioridades ni distinciones».

Protocolo de suspensión. El borrador de los estatutos aborda también un tema fundamental y que «siempre trae de cabeza a las hermandades», como son las posibles suspensiones por las condiciones meteorológicas. En este sentido, tal y como explica Martínez, «hemos redactado un artículo que cubre todas las exigencias o toda la casuística que puede darse en una procesión a efectos de suspensión para que luego los hermanos no se sientan perjudicados». En dicha redacción queda «todo cubierto» para que en caso de no poder procesionar por la razón que sea, se tenga clara la vía a seguir.