Las casas de apuestas 'se la juegan'

Leo Cortijo
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La provincia contaba con cinco locales de juego en el año 2014 y hoy la cifra alcanza ya los 18, de los cuales ocho se encuentran en la capital. De estos ocho, siete se sitúan a menos de 350 metros de un centro educativo

Las casas de apuestas 'se la juegan'

En los últimos años se han multiplicado como las setas en otoño. El paisaje urbano de todas las ciudades se ha contagiado de los llamativos colores y de los atractivos luminosos de las casas de apuestas y establecimientos de juego. Cuenca no ha permanecido ajena a este fenómeno social en el que muchos especialistas médicos han centrado sus miras dando la voz de alarma por las consecuencias que puede generar el juego abusivo. Según los datos facilitados a La Tribuna por la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas, la provincia contaba con tan solo cinco de este tipo de locales en 2014. Cinco años después, esa cantidad casi se ha cuadruplicado hasta llegar a los 18 actuales. Uno por cada 11.000 conquenses.

De esa cantidad total, ocho se encuentran en la capital. Y de éstos, y eso es lo más noticiable, la mitad se sitúan a menos de 300 metros de un colegio, según la herramienta de Google maps que permite medir la distancia que recorre un viandante entre dos puntos. Se trata del establecimiento Codere del número 33 de Calderón de la Barca, que está a 150 metros del Colegio de La Milagrosa; Sportium de la Plaza de la U, a 220 metros del CEIP San Fernando; y Codere del número 2 de la calle Julio Larragaña y Sportium de la Plaza del Romero, ambos a 250 metros del Colegio Público La Paz.

Pero hay más. Si ampliamos el ámbito de maniobra a los institutos de Educación Secundaria, podemos concluir que siete de los ochos salones de juego se sitúan a menos de 350 metros de un centro educativo. Además de los ya mencionados, en este escalafón incluiríamos el establecimiento Codere ubicado en el 115 de la calle Joaquín Turina, que está a 350 metros del IES Santiago Grisolía; Sportium del número 2 de la calle Hermanos Becerril, que se encuentra a 300 metros del IES Pedro Mercedes; y Vive la Suerte del número 23 del Paseo San Antonio, a 350 metros del IES Alfonso VIII.

Hay que tener en cuenta que solo uno de los ochos locales guarda una distancia considerable con el centro educativo más próximo. Es el establecimiento Codere situado en el número 4 de la calle Coronel Algarra, que se encuentra a 650 metros del CEIP Ciudad Encantada y a 800 del IES Alfonso VIII.

Una ley «demasiado laxa». A diferencia de lo que ocurre en algunas comunidades autónomas, Castilla-La Mancha no establece por el momento ninguna limitación física entre el establecimiento de juego y cualquier centro educativo. Extremadura, por ejemplo, fija una distancia mínima de 300 metros, mientras que Castilla y León reduce ese rango a los 100. En este sentido, el primer documento legal que reguló en la región el sector del juego lo llevó a cabo el Gobierno de María Dolores Cospedal en el año 2013. Un texto que a juicio del actual delegado provincial de Hacienda y Administraciones Públicas, Ramón Pérez Tornero, es «demasiado laxo» debido fundamentalmente a la ausencia de esas limitaciones espaciales.

Por esa razón, Pérez Tornero recoge de buen grado la propuesta del presidente autonómico, Emiliano García-Page, al anunciar que el «cerrojazo» que su Gobierno ha dado a las nuevas aperturas de casas de apuesta en la región se extenderá al menos durante cuatro años y siempre a la espera de aprobar una nueva ley del Juego, más «restrictiva». Además de una separación mínima entre las escuelas y los salones de juego, que será el «principio fundamental» de la nueva ley, ésta también propondrá el fomento de las políticas de prevención y de juego responsable, según explica el delegado provincial, así como el aumento de las inspecciones en estos negocios, con la creación de nuevos puestos de inspector de la Junta de Comunidades. Pérez Tornero espera que la nueva normativa «esté en vigor» en la primera mitad de esta legislatura.

En este momento, la Junta cuenta con tres inspectores propios para toda la región. Según sus datos, este equipo llevó a cabo el año pasado un total de 388 inspecciones, en las cuales levantaron 119 actas de infracción. «Hemos puesto mucha atención a la prevención entre los jóvenes y ese es uno de los aspectos en los que más profundizan los inspectores», termina Pérez Tornero.