Creen probado que abusó de su hijastra con síndrome de Down

Pilar Muñoz
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Las acusaciones mantienen la petición de penas de hasta ocho años de cárcel al considerar probado que el procesado es autor de un delito continuado de abuso sexual con penetración en la persona una discapacitada y la defensa pide la absolución

El vecino de Puertollano enjuiciado por abusar y violar a su hijastra con síndrome de Down ha vuelto a proclamar su inocencia en el derecho a decir la última palabra en el juicio que se ha desarrollado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real. Ha mantenido que es inocente tras escuchar  los alegatos de las acusaciones, un relato de hechos deleznables.

La fiscal considera probado que el hombre procesado abusó y agredió sexualmente a su hijastra con síndrome de Down y ha mantenido la petición de que se le condene a siete años y un mes de prisión, aparte de las medidas de alejamiento y comunicación respecto de la víctima por cualquier medio durante ocho años.

El abogado José Manuel Morales, que ejerce la acusación particular en el sumario, también ha mantenido la petición de pena para el acusado que se eleva a 8 años de cárcel, medidas de alejamiento y una indemnización de 30.000 euros por el daño moral causado.

De su lado, el letrado Rubén De Manuel, que defiende al encausado, ha solicitado la libre absolución y en caso de condena que se aplique la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas, algo que pone en tela de juicio la acusación particular.

Las acusaciones han tenido muy en cuenta la prueba pericial del médico forense y del equipo psicosocial del Instituto de Medicina Legal. El forense ha asegurado que la discapacitada tenía el himen roto a consecuencia de una penetración completa y la psicóloga y la trabajadora social han aseverado que el relato de hechos de la víctima es espontáneo. "Le hacía las cosas que hace un marido; a ella no le gustaba", apunta la acusación particular en alusión a lo que se recoge en el informe pericial del Instituto de Medicina Legal. 

Para las especialistas del equipo psicosocial, una persona con la discapacidad que sufre la víctima no es propicia a inventar hechos de esa naturaleza.
La víctima, muy pequeña de estatura y complexión con marcados rasgos del síndrome que sufre, tiene una edad mental de 7 u 8 años, aunque haya nacido hace 46. 

Los hechos enjuiciados en la Audiencia Provincial de Ciudad Real ocurrieron en Puertollano y se destaparon en septiembre de 2010, hace ocho años. El acusado, de iniciales F. L.S. A., tenía entonces 68 años y la víctima, treinta menos, aunque su edad mental es de una niña de siete u ocho.

En este juicio se contado con la figura del facilitador, el intermediario entre el Tribunal y las partes (acusaciones y defensa). Es la segunda vez que interviene en Ciudad Real y la fiscal reconoce su trabajo ya que se ha conseguido una mejor declaración de la discapaz de cara a la prueba y porque sobre todo "se evita la victimización".