«Queremos dar visibilidad a la marca de calidad»

J. López
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Entrevista a Vicente Caja, ganadero y presidente de la Asociación de Productores de Cordero de la Serranía de Cuenca

«Queremos dar visibilidad a la marca de calidad»

Ganadero, alcalde de Buenache de la Sierra en tres legislaturas –dos de ellas consecutivas– y presidente de la Asociación de Productores de Cordero de la Serranía de Cuenca. Vicente Caja es la cabeza visible de este colectivo de 50 ganaderos –engloba cerca de 40.000 cabezas de ganado– que desde hace siete años impulsa la marca de calidad ‘Cordero de la Serranía de Cuenca’. Precisamente, el colectivo recibió este pasado fin de semana el premio Serranía de Cuenca 2019, que promueve la Asociación Destino Serranía de Cuenca (Adesercu) y la Asociación Ribera del Escabas, por su labor de dar a conocer la calidad del producto entre los consumidores. 

¿Cómo surge la idea de formar una asociación de productores para crear una marca o sello de calidad del cordero serrano?

Su origen tuvo lugar en la Oficina Comarcal Agraria de Cuenca (OCA) y en los responsables políticos, Noelia Sepúlveda, de Desarrollo Rural, y Javier Zaballos, coordinador provincial de Agricultura en 2012. Luego tuvimos reuniones en varios pueblos de la provincia y decidimos formalizar una asociación para crear una marca. Varios ganaderos formamos la junta directiva y redactamos unos estatutos y reglamento de uso.

Hace tres años conseguimos el sello, pero no hemos comenzado a comercializar hasta hace muy poco. Vamos despacio por varias razones: tenemos poca disponibilidad de tiempo, pues somos pastores y estamos con nuestros ganados, y tampoco tenemos mucho presupuesto para poder actuar. Los primeros años tuvimos ayudas públicas pero ahora llevamos cuatro años sin recibir. Sólo hemos tenido una del Patronato de Desarrollo de la Diputación.

¿Esperan mantener contactos con las administraciones en breve para poder recuperar esas ayudas? 

Sí, lo esperamos. La diputada provincial del Patronato de Desarrollo de la Diputación, Elena Carrasco, esté sensibilizada con esta zona que es muy desfavorecida. La ayuda del Patronato es muy importante para nosotros, así que creemos que cuando pasen estos días y ellos se sienten en sus sillones podremos hablar. Sobre todo queremos hacerlo con Rodrigo Molina, el delegado provincial de la nueva Consejería de Desarrollo Sostenible. 

De hecho, si hay una actividad sostenible en el tiempo y que fija población, que es compatible con el medio ambiente y lo mejora, es la ganadería. Es una herramienta fundamental contra los incendios, mejora los suelos y, sobre todo, fija población. La Serranía de Cuenca está como está gracias a la ganadería. Lo tengo claro.  Nosotros creemos que el cordero puede ser un revulsivo económico. 

¿En qué situación está la ganadería? ¿Hay relevo generacional?

No, no lo hay. Las ayudas que hay para jóvenes deberían ser más selectivas y premiar más a aquellas propuestas que tengan una viabilidad de futuro. No una tarifa plana para todos, porque muchos aprovechan, están durante cinco años y luego desaparecen. Hay que incentivar a los jóvenes, pero hoy en día montar una ganadería es muy difícil. Puedes heredarla de tus padres, pero aún así necesitas ayudas. La PACya no es lo que era antes. 

Luego están los Planes de Desarrollo Rural cuyas ayudas son más pequeñas cada día, y eso obliga a otros requisitos para percibirlas. Claro, nuestros productos no podrán competir con los de otros países que no cumplen con la normativa europea más exigente. Está bien, pero eso hay que diferenciarlo en el mercado. 

Por otro lado, la trashumancia es testimonial, está destinada a desaparecer y eso va a provocar que los rebaños desciendan bastante. Esta situación ya empieza a notarse. 

¿Si se continuara con esta tendencia, la ganadería podría tener los días contados en la Serranía conquense?

La ganadería ha estado en peligro otras veces, pero estamos en un momento crítico porque además de las profesionales o de manejo del ganado está la vida en los pueblos. Necesitamos caminos y telecomunicaciones y no jugamos con las mismas ventajas. Yo no culpabilizo a nadie, pero todo esto hay que mejorarlo con un plan de futuro para lo que llaman ‘España vaciada’. Sabemos que no podemos tener ciertas cosas, pero debemos tener los servicios básicos. 

¿Qué acciones tiene prevista la asociación para aumentar la promoción y comercialización de la marca?

Tenemos intención de ampliar la distribución. Cárnicas Araceli de Villalba de la Sierra era el matadero exclusivo y de referencia, pero queremos que entre otra empresa importante de la comarca, Cárnicas Villacuenca, con la que estamos en conversaciones puesto que ellos son también ganaderos y socios de la marca. Este sería un punto importante, pues entre las dos empresas podríamos hablar con restaurantes y garantizarles un servicio constante. 

Queremos dar visibilidad a la marca de calidad ‘Cordero de la Serranía’ y para eso necesitamos ayudas públicas. Lo suyo es hacer presentaciones y muestras, pero antes tenemos que tener el producto en el mercado, a través de los canales de comercialización. Dentro de un mes tendremos la asamblea en la que concretaremos mucho la línea a seguir.

¿Qué diferencias notables existen entre la carne de pastoreo y la que se produce en granjas?

Hay una noticia preocupante que se produce en Alemania, que ha subido el IVA de la carne del 7 al 19 por ciento. Eso nos perjudica claramente porque vivimos en un mundo globalizado y nos repercute. Una carne diferenciada no tiene nada que ver con ese tipo de carne con la que, por ejemplo, se hacen las salchichas tipo frankfurt. En eso no me meto, pero nuestra carne es diferente, de otro tipo, y se produce como se ha hecho toda la vida, con el ganado en el campo, con pienso que lleva cereales.

Además, sanitariamente no tienen nada que ver los animales que están en el campo con los que se crían en una granja, la utilización de antibióticos u otros productos. Nuestro ganado es un paso más en la naturaleza.

¿Qué necesita el sector ganadero para poder introducir su producto de calidad en el mercado de consumo? 

Los canales de comercialización están cada vez en manos de menos gente. Los que venden leche tienen problemas muchas veces para que el comercializador de turno se la compre o lo haga a precios abusivos. Nosotros somos productores pequeños, pero si nos juntamos todos podemos hacer un grupo que venda sus productos sin depender tanto de esos grandes distribuidores. Se trata de crear nuestro propio canal en un corto espacio y eso dará garantías de que nuestro producto se pueda vender. La marca ofrece seguridad al ganadero. 

El valor añadido se dará si somos capaces de hacerle ver al consumidor que nuestro producto es mejor. Eso entraña una serie de circunstancias y acciones que debemos de llevar a buen término. A parte, si las administraciones creen que este es un sector estratégico y que puede servir para la despoblación, bienvenidas sean si se suman al proyecto y nos echan una mano. La marca no es ni de un partido ni de otro. No hemos preguntado a ningún ganadero a quién vota. Vamos todos a vender nuestros corderos.

¿Eso quiere decir que las ayudas de las administraciones no han llegado en todo este tiempo como ustedes hubiesen querido?

Tengo que decir que la marca, hasta ahora, se formó estando el PP en la Junta de Comunidades y con ayudas que nos tramitaron desde Desarrollo Rural y se nos dieron ayudas para crearla. Después, por parte de la Junta de Comunidades, no hemos conseguido materializar ninguna ayuda en los últimos cuatro años. Hicimos una solicitud para una línea de comercialización local y nos ha venido denegada. Y la verdad es que la única ayuda que hemos tenido en estos cuatro años es la del Patronato de Desarrollo Provincial de la Diputación de Cuenca. 

En ese sentido, espero que los nuevos responsables de la institución provincial tengan la misma sensibilidad y sigan colaborando con nosotros. 

Yo no quiero hacer política de esto, he intentado renovar la junta directiva en los dos últimos años y no se ha presentado otra gente. Al final nuestra candidatura es la única y estaremos aquí para otros cuatro años, pero porque no ha querido nadie coger las riendas.