Irán vuelve a desafiar al mundo

SPC
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Teherán advierte contra escalar la tensión por la captura del petrolero británico y culpa a Washington de dirigir «su veneno contra el Reino Unido» para abrir otra crisis diplomática

Irán vuelve a desafiar al mundo - Foto: HANDOUT

La reciente captura del petrolero británico Stena Impero es la última baza que ha jugado Irán para marcar su territorio y demostrar su fortaleza y capacidad de actuación en el Golfo Pérsico ante las presiones de Estados Unidos. Esta región, y en concreto el Estrecho de Ormuz, entre Irán y Omán, es estratégica para la economía mundial debido a que por ella cruza una quinta parte de las exportaciones de petróleo, lo que la convierten en un punto muy sensible. Y las autoridades persas saben que pueden causar un importante perjuicio con sus desafíos a las potencias mundiales.

«Irán sin duda está intentando usar sus herramientas y cartas ante el juego y el aumento de la presión de EEUU y algunos de sus aliados como el Reino Unido», aseguró ayer Ardeshir Pashang, analista del Centro de Estudios Estratégicos de Oriente Próximo de Teherán.

En su opinión, la república islámica intenta demostrar que es «influyente para la seguridad del comercio y del transporte de petróleo en el Golfo Pérsico, que importan mucho a los occidentales».

Estas maniobras de Irán buscan, según Pashang, que EEUU dé marcha atrás en las sanciones impuestas al país árabe tras retirarse unilateralmente del acuerdo nuclear de 2015.

Las multas afectan, entre otros sectores, a las exportaciones de petróleo, lo que ha llevado a Teherán a amenazar con bloquear el Estrecho de Ormuz si no le permiten vender su crudo, así como a incumplir recientemente algunos de sus compromisos nucleares.

Por ello, el Golfo Pérsico es el principal escenario de las tensiones entre Teherán y Washington, pero ahora se añade el Reino Unido con la detención del petrolero británico, en «represalia», como admitieron las autoridades persas, por la captura de un barco iraní, el Grace I, en aguas del Peñón de Gibraltar hace dos semanas.

A cuenta de esta actuación, el Gobierno de Londres avisó el pasado sábado de que Irán ha tomado «el camino erróneo». Sin embargo, el Ejecutivo persa no parece amilanarse. De hecho, el ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, volvió ayer a culpar de todo lo ocurrido a EEUU, al denunciar que el asesor de Seguridad Nacional norteamericano, John Bolton, está dirigiendo «su veneno contra el Reino Unido con la esperanza de arrastrarlo a un atolladero».

«Solo la prudencia puede frustrar tales trucos», subrayó Zarif, quien señaló que Bolton trata de implicar al país británico en un conflicto con Irán tras no haber logrado que el presidente estadounidense, Donald Trump, diera ese paso.

Con la captura del Stena Impero, la situación se ha agravado y Londres ha advertido de «graves consecuencias» si no es liberado pronto e, incluso, su ministro de Defensa, Tobias Ellwood, comentó la opción de imponer sanciones.

Ante estas amenazas, el embajador persa en la nación europea, Hamid Baeidineyad, aconsejó al Gobierno de Theresa May «contener a aquellas fuerzas políticas que quieren escalar la tensión existente mucho más allá del tema de los barcos». «Esto es bastante peligroso e imprudente en un momento delicado para la región. Sin embargo, Irán es firme y está listo para los diferentes escenarios», aseveró.

Las autoridades iraníes no tienen previsto liberar al Stena Impero, al menos hasta que, según los analistas, el Reino Unido deje partir al Grace I, detenido por supuestamente transportar crudo a Siria en violación de las sanciones europeas.

Al respecto, el director de la Organización de Puertos y Navegación de la provincia iraní de Hormozgan, Alahmorad Afifipur, aseguró que el tiempo que se prolongue la investigación sobre el petrolero británico depende, entre otros factores, «de la colaboración de la tripulación».