Uno más de la 'banda'

Leo Cortijo
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Desde hace casi seis años, Diego Varela dirige con maestría los mandos del centro comercial 'El Mirador', un gigante que emplea a 300 personas, la mayoría de ellas conquenses, y que en 2019 recibió casi 2,5 millones de visitas

Uno más de la 'banda' - Foto: Reyes MartÁ­nez

A sus espaldas atesora casi tres lustros en la gestión de centros comerciales y otro puñado de años en puestos directivos en una multinacional de la distribución. Eso le convierte en una especie de Phileas Fogg, con experiencia en casi toda España y parte del extranjero. La vida, por ahora y desde 2015, le ha ubicado en Cuenca, con el timón de mando de ‘El Mirador’ en sus manos. Diego, lucense de nacimiento y corazón, siente cómo la ciudad de las Casas Colgadas –que no había conocido antes de su desembarco laboral– ya le ha robado precisamente una parte de éste. «Supone un reto mantener este proyecto y estoy satisfecho con el trabajo, con la ciudad y con la gente, que me ha acogido muy bien», comenta el gallego, «totalmente integrado» en el día a día de Cuenca.

El balance de su periplo al frente del centro comercial es «positivo», aunque haciendo un alarde de humildad le cuesta ponerse medallas. Diego considera que una clave del éxito es la «apuesta» decidida de los propietarios en los últimos años, no solo en instalaciones, sino también en el refuerzo de la zona comercial y de restauración. Ahora bien, todo esto caería en saco roto si no fuera por el pilar fundamental, que es «la respuesta de los conquenses». Eso se refrenda en los números de visitantes de esta infraestructura. 2020 no es el mejor año para sacar pecho, partiendo de la base de que durante dos meses permaneció cerrado a cal y canto. Ahora bien, sirva como ejemplo que en 2019 recibió 2,5 millones de visitas. Se dice pronto. Y más en una ciudad con 55.000 habitantes. El dato, por cierto, es «totalmente fiable» pues «tenemos contadores en todos los accesos».

Capeado el temporal pandémico a pesar de los pesares y salvando el tipo con nota, Diego mira al horizonte y contempla un 2021, «a priori», mejor que el año pasado. Básicamente, porque es difícil superar en lo negativo a 2020 y porque en este momento, a diferencia de lo que sucedió en marzo, «ya tenemos un antecedente y sabemos cómo actuar en consecuencia», ya que ahora no hay lugar a la «sorpresa» de entonces, cuando «no supimos muy bien cómo reaccionar». Si los conquenses, incide, siguen siendo «fieles» a ‘El Mirador’ y continúa la buena gestión, todo hace indicar que este año «mejorará» al anterior.

Algo que sería capital para la economía conquense. No hay que olvidar que este gigante comercial emplea en torno a 300 personas de forma directa. En este sentido, Diego hace mucho hincapié en un aspecto «fundamental», y es en la gran cantidad de conquenses que trabajan día a día en este centro. «A pesar de que hablemos de grandes marcas y firmas de moda» –argumenta–, «como jefa de tienda o empleados no hay una holandesa o un alemán, sino una chica que vive en Villa Román o un chico de Las Quinientas, por ejemplo».

Diego sentencia diciendo que «quien te atiende es gente de aquí». Y si no, a lo sumo, casos como el suyo personal, que no es conquense, pero se siente «como tal». «Pago un alquiler aquí, como en los restaurantes de aquí, consumo en los comercios de aquí, pago mis impuestos aquí… Hago todo aquí», comenta.

 ¿Y así hasta cuándo? Si por él fuera, hasta dentro de mucho, mucho tiempo: «Éste es un proyecto que me interesa y que tiene recorrido». Además, junto a algunos amigos de Cuenca fundó La Banda del Cran, donde mata su gusanillo musical. Un ejemplo más de cómo Diego se ha asentado en la ciudad y forma parte ya de la ‘banda’. De la de rock. Y de la de los conquenses.