Los conquenses salen a la calle ordenadamente para comprar

J. López
-

En la zona centro de la capital se guardan colas y se respetan las distancias a la hora de adquirir alimentos, medicamentos o artículos necesarios

Varias personas guardan la distancia mientras hacen cola en una farmacia - Foto: Reyes Martí­nez

Cuenca sufre desde este fin de semana las distintas restricciones del Real Decreto emitido por Gobierno de España para tratar de frenar la escalada del coronavirus. Sin embargo, la primera prueba para medir hasta que punto ha hecho caso la población conquense de las medidas a tomar se ha dado desde primeras horas de este lunes. En líneas generales podría decirse que los conquenses han atendido a las recomendaciones de quedarse en casa y no salir en ningún caso y solo por fuerza mayor al exterior.

A primeras horas del lunes ya se podía ver a gente circulando por las calles de la capital, a pesar de la bajada considerable de temperaturas e incluso de los copos de nieve que iban cayendo. El transporte de viajeros ha funcionado con normalidad, si bien es cierto que los autobuses de las distintas líneas que cruzan la ciudad iban prácticamente vacíos, a excepción de las líneas 1 y 2 con final en el Casco Antiguo, que eran más utilizados por los vecinos del barrio. También han circulado los servicios mínimos de autobús y tren, aunque con menor afluencia de público como era de prever.

Cumpliendo el protocolo de aperturas al público de los establecimientos permitidos por el Real Decreto, farmacias, panaderías, tiendas de alimentación, supermercados, electrónica, o quioscos, entre otros, abrieron sus puertas en horario habitual para suministrar productos y atender a cuantos clientes lo necesitaran. Todo ello ante la atenta mirada de las patrullas de Policía Nacional y Municipal que han ido comprobando y constatando que no se cometiera ninguna infracción y no se produjera ninguna aglomeración de personas.

Lo cierto es que el número de conquenses que decidieron salir a adquirir algún producto de primera necesidad fue aumentando a medida que crecía la mañana. Prácticamente todo el mundo lleva puesta la mascarilla, por aquello de protegerse, camina de uno en uno y guarda la distancia de seguridad recomendada cada vez que se cruza con alguien. También se están respetando el espacio en las colas de espera para entrar en un establecimiento a comprar alguna necesidad. Los ciudadanos tienen paciencia, pero no pueden ocultar su gran preocupación. Quizá, por eso, todo el mundo caminaba esta mañana más rápido de lo normal para regresar cuanto antes a sus domicilios.

Curiosamente, muchos de los que compraban esta mañana en la zona centro de la capital eran personas mayores que acudían a las farmacias para adquirir medicamentos, pero también entraban en los supermercados para conseguir algo de última hora que, o bien se olvidó o ya se ha acabado.

Eso sí, los supermercados abiertos siguen siendo un hervidero de personas que adquieren productos alimenticios y la actividad es frenética. En algunos casos no se llega a guardar el espacio preceptivo entre cliente y cliente, sobre todo a la hora de pasar por caja.

Tampoco hay problemas en las sucursales bancarias. Los cajeros funcionan a pleno rendimiento y hay colas de espera para que los ciudadanos puedan extraer dinero. En el interior, con las puertas cerradas, se encuentra el personal dispuesto a aclarar cualquier duda.

No hay otro tema de conversación que no tenga que ver con el coronavirus. En cualquier esquina se saludan los conocidos para preguntarse por su estado y por el de sus seres más allegados. Alguno se baja la mascarilla para poder gritar más alto porque la distancia es tal que no llegan a oírse claramente.

El resto de establecimientos permanece cerrado y en la mayoría se han colocado carteles que informan que, por el Covid-19, se ven obligados a cerrar temporalmente. En uno de ellos reza el siguiente mensaje: “Porque os queremos y nos queremos, demostraremos que entre todos podemos con esto. Vamos a permanecer cerrados hasta que nos podamos dar un abrazo. Cuidaros mucho”.