El San Julián más atípico

Jonatan López
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El periodista e historiador José Vicente Ávila recuerda varias singularidades de los festejos populares

El San Julián más atípico

Ni desfile de carrozas, ni pregón, ni pasacalles de gigantes y cabezudos, ni toros, ni caballos, y un largo etcétera de actividades que habrían conformado la programación de la Feria y Fiestas de San Julián 2020. Estos serán los festejos populares más atípicos de cuantos se han vivido. Las restricciones derivadas de la pandemia impedirán que miles de conquenses vayan al recinto ferial a divertirse con las atracciones y los chiringuitos, vean una corrida de toros, apuesten en el concurso hípico o acudan a los conciertos musicales que se programan, entre otros actos.

Claro que el 2020 no quedará como el único año en el que se tuvo que prescindir de unas fiestas patronales. José Vicente Ávila, historiador y periodista conquense, recuerda que durante la Guerra Civil se suspendió la feria. No obstante, «en 1936 llegó a celebrarse un festejo taurino en septiembre, a pesar de que la Guerra había empezado en julio, y en 1918 y 1919, años de la gripe española, hubo feria y corridas de toros», dice.

Fiestas en septiembre. Relata el historiador que hasta 1964 se celebraban las fiestas en honor al patrón San Julián, durante los primeros días de septiembre, por aquello de evitar el frío de enero. La corporación municipal, presidida por el entonces alcalde, Rodrigo Lozano, decidió un 30 de diciembre de 1963 trasladarlas a agosto. El cartel anunciador, que se expone en este artículo, fue obra del pintor y músico conquense Alfonso Cabañas. El pregón fue a cargo del crítico teatral y escritor, Alfredo Marquerie.

«Las fiestas eran del 3 al 10 de septiembre y las adelantaron para hacerlas coincidir con los festivales de España que impulsaba el Ministerio de Información y Turismo, que las pagaba», indica Ávila, que añade que «venían buenos feriantes porque no coincidía con otras grandes ciudades».

En septiembre también aprovechaba la gente de la provincia –únicamente se coincidía con las fiestas de Motilla– para acercarse a a capital y disfrutar de la feria taurina. Algo que ya no ocurrió con el cambio de fecha, pues «si hoy hubiera fiestas coincidirían con media provincia».

«Dijeron que se cambiaba a agosto por el tiempo, pero siempre ha llovido en esos días en Cuenca. ¡Anda que no se han suspendido corridas por las lluvias!», recuerda, y expone que en su pregón de 2004 reivindicó que las fiestas volviesen a celebrarse entre los últimos días de agosto y los primeros de septiembre. «Creo que no acertaron en su tiempo con el cambio, pero después de más de 50 años ya es muy difícil cambiar», afirma.  

También evolucionó la ubicación de los feriantes, recuerda el periodista, que señala que a principios del siglo XX se ubicaban puestos en Ramón y Cajal o en la zona de los actuales Multicines. luego llegaron las décadas de la explanada de Sánchez Vera, entre el parque del Carrero y la salida de la Carretera de Madrid y en los 90 se habilitó el espacio de la antigua Resinera, que se conoce hoy en día como el Recinto Ferial.

En este punto, recalca Ávila que el término feria, en singular, viene del mercado de ganado de compraventa que se organizaba cada año. «Se realizaba por el Sargal y atendía al hecho de feriar o comprar. Nada tenía que ver con la feria taurina, pero luego se adaptó al ampliar las corridas».

Otro de los datos curiosos que apunta el historiador es que en 1958 no se dio el visto bueno al coso taurino para celebrar las corridas de toros que estaban dispuestas para las fiestas. «El aparejador del Ayuntamiento conquense vio que la plaza no estaba en buenas condiciones. El informe fue negativo y hasta que no se hiciesen las mejoras pertinentes no podía haber toros», narra. 

A cambio, varios concejales viajaron a Madrid para visitar a los militares y traerse el que sería primer concurso hípico de Cuenca que se celebró en el campo de fútbol de La Fuensanta. La cita deportiva tan querida y visitada por los conquenses hubiese cumplido su 65 aniversario este año.