Por amor al 'Insta'

Leo Cortijo
-

A través de Instagram, Natalia Moreno se dirige diariamente a una audiencia de 20.000 seguidores para resolver dudas y ofrecer consejos en torno al mundo del mueble y la decoración

Natalia Moreno, empresaria e influencer

El diccionario de la Real Academia todavía no ha aceptado el término inglés influencer, aunque tiempo al tiempo... Sin embargo, casi todo el mundo sabe muy bien lo que significa, especialmente los jóvenes y los que más se prodigan en las redes sociales. En castellano, podríamos traducir esta palabra como influyente y hace referencia a aquellas personas que, aprovechando los nuevos canales de comunicación, expresan sus opiniones sobre un tema concreto y ejercen una gran influencia sobre una audiencia más o menos numerosa.

Esa etiqueta de ‘influencer’ se le puede poner a Natalia, una joven emprendedora natural de Casasimarro, que diariamente se dirige a una audiencia de 20.000 seguidores en su cuenta de Instagram. A través de @natmordeco, Natalia resuelve dudas y preguntas, ofrece consejos y orienta a todo aquel que recurre a ella en torno a un tema muy concreto: el mundo del mueble y la decoración.

Todo comenzó hace menos de dos años. «La idea de crear la cuenta surgió cuando empecé a amueblar mi casa, quería enseñar ese proceso y, además, dar a conocer mi negocio», explica esta tenaz empresaria, y es que Natalia regenta desde hace ocho años una tienda de muebles. Ahora bien, su trayectoria «en este mundo», como ella dice, alcanza los tres lustros.

Cuando arrancó, también impulsada por su afición a las redes sociales, nunca pensó que llegaría tan lejos y menos en tan poco tiempo. Pero como reza el refranero español (y éste nunca se equivoca), algo tendrá el agua cuando la bendicen. Natalia cree que la clave de su éxito en Instagram es, por un lado, la «constancia», y por otro, la «interacción» con sus seguidores, ya que responde «diariamente» a las dudas, preguntas y sugerencias que le plantean. Desde cómo decorar el dormitorio del niño o la sala de estar, hasta qué material es mejor o peor dependiendo de para qué se vaya a utilizar. Natalia tiene respuesta para todo... o casi todo.

Además, su cuenta sirve también como altavoz de las pequeñas tiendas de muebles, de las de barrio, de las de toda la vida... «Existe un prejuicio erróneo», entiende Natalia, «y es que las tiendas locales son más caras que los grandes almacenes» (a todos nos viene un nombre a la cabeza). Por eso rompe una lanza en ese sentido, y es que «en una tienda como la nuestra ofrecemos todo tipo de calidades y de precios». Su «misión» en Instagram, añade, también es «ayudar a escoger un buen mueble», mostrando su calidad y el material del que está hecho, haciendo ver que si tiene un determinado precio es porque realmente lo vale.

Natalia sabe de lo que habla. A pesar de su juventud es una perfecta conocedora del sector. Y así, para mostrar cómo trabaja, no duda en publicar fotografías del mobiliario y la decoración de su hogar con el fin de demostrar que «se puede tener una casa bonita y con buenas calidades comprando en una tienda de muebles local».

Gracias al crecimiento del número de seguidores de su cuenta, Natalia ha aumentado el número de clientes de su negocio, especialmente del entorno de su pueblo, pero también de otras zonas e, incluso, de otras provincias. Es más, en poco tiempo darán el salto a la venta online a través de una página web. De Casasimarro al mundo. Y todo gracias al trampolín que ha supuesto Instagram. El refranero, al que antes citábamos, también tiene otro aforismo para describir lo que le ha pasado a esta emprendedora: el que la sigue, la consigue. ¡Enhorabuena, Natalia!