El taranconero Francisco José Zapatero Belinchón, biólogo y doctor en virología de 32 años, investiga cómo vencer al coronavirus desde Alemania, donde lleva desde octubre de 2015. Trabaja en el Centro de Investigación de infecciones emergentes y zoonosis de la Universidad Veterinaria de Hannover, y a raíz de la pandemia ayuda al grupo de Twincore del profesor Thomas Pietschmann en el establecimiento experimental del SARS-CoV-2 y estudios preliminares con fármacos con potencial antivírico. Con la crisis sanitaria afirma estar viviendo lo que todo virólogo teme que pueda ocurrir y espera que enseñe al mundo que debemos invertir en salud y ciencia para estar preparados para la siguiente pandemia, que «llegará si no hacemos nada para evitarlo».

¿Es usted uno de los muchos jóvenes que ha tenido que irse fuera de España por falta de oportunidades?

En parte sí y en parte no. Siempre he tenido ganas de ir al extranjero, hice un Erasmus en Islandia, donde trabajé con un virus que afectaba a las ovejas, y ahí es donde empezó un poco todo. Otro año en Estados Unidos, donde trabajé con otro virus que afecta a las abejas mieleras, y terminé la carrera en Alemania, en el centro de investigación contra el cáncer de Heildelberg. Mi tesis doctoral fue sobre una línea celular resistente al ébola y también realicé un proyecto sobre la hepatitis C y el efecto de las estatinas. Hace un par de años que trabajo con  el profesor Gisa Gerold con alfavirus, que son transmitidos por mosquitos.

Todos los investigadores que se van fuera están de acuerdo en que las condiciones son mejores, yo no estoy en la posición de juzgar el apoyo del Gobierno, pero sí creo que nuestro sistema es anticuado y que tiene que ser desesperadamente renovado. Esta pandemia ha sido un ejemplo de como la investigación científica está insuficientemente financiada y espero que esto cambie.

¿Cómo le pilló el coronavirus?

Empezamos a ver los casos de China, luego de Italia, clarísimamente nos dimos cuenta que esto iba a ir a mal, entonces como virólogo tienes que unir fuerzas e intentar luchar contra el virus y es lo que pasó. Creo que ha habido una unión gigante de a nivel científico, de virólogos, personal sanitario, patólogos, neumólogos... para luchar contra él. Y creo que es importante que se conozca el trabajo que estamos haciendo y lo que conlleva, para entender las repercusiones que puede tener no seguir las reglas o no vacunarse.

¿De qué manera está luchando contra la Covid-19?

Desde mediados de marzo empezamos a trabajar con coronavirus, SARS-CoV-2, y obtuvimos varios proyectos, uno de ellos con estatinas, que están en fármacos que toma muchísima gente para bajar el colesterol, como la simvastatina, atorvastatina o pravastatina. 

Hace poco prepublicamos en internet un manuscrito porque lo que hemos averiguado es que las estatinas no afectan positivamente al virus, no aumentan la infección, por lo que, precisamente las personas mayores que toman estatinas no tienen peligro de una peor patología de la Covid-19. También hemos estado haciendo pequeños estudios con proteínas que sabemos que puede que tengan algún factor que facilita la entrada del virus a otros órganos a parte de los pulmones.

Además, como otros muchos grupos de investigación, estamos buscando terapias antivirales. No estamos relacionados directamente con la vacuna, pero sí tenemos una ayuda estatal, del Ministerio Federal para la Educación y la Ciencia, para buscar drogas (fármacos) que puedan inhibir el virus, el proyecto se llama COVID-Protect. 

¿Hasta cuándo seguirán investigando? ¿Los nuevos brotes abren nuevas puertas por descubrir? 

Los estudios van bien pero más lentos de lo que nos gustaría, como todo en ciencia. La mayoría de los virólogos seguirán investigando hasta que la población esté segura y más adelante, ya que otros coronavirus podrían crear otra pandemia en el mundo. No hay que olvidar que en el año 2003 SARS-CoV hizo temblar los pilares del mundo y más tarde MERS lo repitió. En mayor o menor medida todos los virus mutan. 

El caso más sencillo es la gripe, todos los años tenemos que vacunarnos porque el virus cambia tanto que la vacuna del año anterior no protege lo suficiente, y aún así somos capaces de controlar, en gran medida, las epidemias de gripe.

Personalmente considero que eventualmente las vacunas, más las medidas tomadas por los países, más la adaptación del virus a su nuevo hospedador, que somos nosotros, hará que eventualmente SARS-CoV-2 sea fácilmente controlable o pierda su patogenicidad. 

¿Qué singularidades destacaría de la Covid-19? ¿Se están teniendo en cuenta a la hora de tomar medidas  para frenar su propagación?

La mayoría de las infecciones que llegan a todos los puntos del mundo son las enfermedades respiratorias, y esto se debe a que la transmisión respiratoria es de las más eficientes entre los patógenos, es decir, es fácil de pasar de hospedador a hospedador y no necesita contacto íntimo como el VIH. 

El mayor problema de la Covid-19 es el alto porcentaje de personas que son portadoras del virus pero no presentan síntomas, esto los convierte en contagiadores o supercontagiadores que pueden pasar el virus sin ni siquiera saberlo. A diferencia de otros virus que tienen un alto ritmo reproductivo, Ro, como el sarampión, donde una persona infectada lo pasa a una media de 18 pero sus síntomas son claramente discernibles, SARS-CoV-2 tiene un Ro de entre 2-3 pero sus síntomas solo aparecen en casos específicos. 

Aún cuando los políticos toman decisiones que pueden ser discutibles, está claro que muchas de las normas que se han impuesto han tenido una base científica. Por ejemplo, el uso de mascarillas, que por cierto en Alemania solo está permitida la mascarilla quirúrgica o FFP2, evita los contagios porque las gotitas de saliva se quedan en la mascarilla al respirar y no llegan a otras personas, y en caso de que lleguen la mascarilla de la otra persona para esos fluidos. Y otro caso es el distanciamiento social, que si es de aproximadamente un metro y medio evita que esas gotitas de saliva lleguen a nuestro aparato respiratorio.

¿En España existe la sensación de que los sanitarios, los científicos, están dando la talla, pero los políticos no, en Alemania pasa igual?

En Alemania hay, en general, mayor confianza en el gobierno, creo, ya que los partidos políticos han dejado de lado sus diferencias para luchar contra la Covid-19. En España siempre se le echa la culpa al gobierno pase lo que pase y tengo la sensación de que como siempre los partidos están utilizando esta terrible situación para su agenda política. Es horrible. En Alemania llevan cerrados desde noviembre todos los sectores que se basan en socialización, como bares y restaurantes, y por el momento seguirá así al menos hasta mitad de febrero. Y lógicamente sí echo de menos tomarme algo o cenar en algún lado después de un largo y duro día de trabajo, pero tiene que ser así...

Lleva más de un año sin ver a su familia de Tarancón, ¿cómo lo lleva?

Echo de menos la familia, los amigos, la comida, el tiempo, lo de siempre. Tengo dos sobrinos que están creciendo y me lo estoy perdiendo. Aún así, hay que ser consecuente y pensar que si fuera allí podría ser yo el que haga daño a los que más quiero sin ni siquiera saberlo. Ha sido un año duro y quedan más duros meses por delante, pero eso no puede hacernos olvidar que un año de descontento personal es mucho mejor que una vida de arrepentimiento.

La creación de una vacuna se ha acelerado si lo comparamos con otros virus para los que aún no existe, ¿esto quiere decir qué ha habido suerte o qué hay mucho negocio en juego? ¿Cuál sería la interpretación correcta desde su punto de vista?

Me gustaría recalcar que aunque normalmente una vacuna tarde unos 10 años desde su desarrollo hasta su comercialización, estas vacunas han pasado todos los controles de calidad y seguridad como el resto de vacunas, por lo tanto, son totalmente seguras, y quiero reiterarlo, totalmente seguras. Al ser una pandemia ha sido muy fácil encontrar suficientes voluntarios para los diferentes ensayos clínicos, cuando para otras vacunas hace falta años para lograrlo, y la comunidad científica se ha volcado completamente en el desarrollo de la vacuna. 

Cualquier compañía o grupo científico que tuviera algún tipo de conocimiento o experiencia ha parado todo para desarrollar la vacuna. Suerte ha habido con las vacunas de BioNtech/Pfizer y Moderna, pues son de nueva generación, nunca habían sido probadas a gran escala, y funcionan de maravilla. Yo diría que es el negocio del siglo, junto a las mascarillas y las compras por internet. El factor negativo en el desarrollo de las vacunas creo que es la politización que ha conllevado, a veces he tenido la sensación que estábamos de vuelta a la Guerra Fría y la carrera espacial, al fin y al cabo la rusa se llama Sputnik V.

El prestigioso virólogo alemán Christian Drosten ha señalado hace poco tener miedo a la nueva cepa inglesa. ¿Cuál es su pronóstico?

Tanto la cepa británica como la surafricana tienen mayor índice de transmisión, lo que quiere decir que más gente se infecta de forma más rápida. Aunque estas variantes no tienen mayor patogenicidad, el simple hecho de que se transmiten mejor conlleva mayor número de fatalidades. Eventualmente es muy posible que estas cepas dominen una cierta población o incluso se propaguen por todo el mundo ya que están mejor adaptadas al ser humano. Las buenas noticias son que las medidas de distanciamiento social y tests funcionan igualmente con estas variantes y hay datos preliminares demostrando que las vacunas de BioNTech y Moderna también funcionan contra estas variantes, aunque en un poquito menor medida, nada alarmante, pero si quiero ser honesto diciéndolo.

¿Qué es lo más efectivo que puede  hacer un ciudadano para frenar la Covid-19? ¿Qué consejo da a los castellano-manchegos para sobrellevar una situación que mata a diario?

Quedarse en casa. No hay ni habrá otra medida mejor que estar en casa. Desde aquí hago un llamamiento a todos los taranconeros y conquenses para que se queden en casa y no se reúnan con otras personas si no es necesario. Es la vida de la gente lo que está en juego. 

Y como consejos, paciencia y respeto. Paciencia para dar tiempo a las vacunas a llegar y disminuir el riesgo de infección. Paciencia con ese vecino que no sigue las normas y hay que decirle una y otra vez que se ponga la mascarilla. 

Paciencia para no ir a visitar a tus amigos en un espacio cerrado aún cuando tu cuerpo te pida fiesta. Y sobre todo respeto, respeto a esos mayores, tu abuelo, el abuelo de tu amigo, el abuelo de tu vecino, que son las personas más vulnerables y pueden acabar muy graves por la desobediencia de las normas. La vida social volverá, y lo que tengo clarísimo es que la vida social volverá 100 veces más fuerte a como se fue.