La actualidad no ha conseguido empañar el recuerdo de las víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004, en el que un grupo de terroristas hacía estallar cuatro trenes de Cercanías en las estaciones madrileñas de Atocha, Santa Eugenia y el Pozo del Tío Raimundo, cuando se cumplen dieciséis años de la tragedia.

Desde el Gobierno de Castilla-La Mancha, su portavoz, Blanca Fernández, fue de las primeras en recordar   «la peor tragedia que ha vivido nuestro país. El peor de los atentados terroristas posibles, que sesgó la vida de 193 personas y dejó 2.000 heridos».

En nombre del Gobierno de Castilla-La Mancha, la también consejera de Igualdad volvía a trasladar un recuerdo «muy afectuoso» a todas las familias y «las personas que quedando aquí, dejaron allí a seres queridos».«Esto es una herida muy complicada y muy difícil de cerrar. Como país no lo hemos hecho y esas familias no lo podrán hacer nunca».

Guadalajara fue, sin duda, la provincia de la región más afectada por este brutal atentado, ya que uno de los trenes procedía precisamente de su estación. Como cada 11 de marzo, ciudadanos, representantes públicos de Guadalajara y familiares de víctimas del terrorismo guardaron este miércoles un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los atentados del 11-M organizado por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en la rotonda en homenaje a estas víctimas ubicada en la calle Constitucion de la capital alcarreña.

A mediodía, se concentraron los miembros de la corporación municipal encabezados por el alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo, quien estuvo acompañado por el subdelegado del Gobierno en Guadalajara, Ángel Canales, y el presidente del PP en Castilla-La Mancha, Paco Nuñez, entre otros representantes públicos así como ciudadanos que quisieron tener un recuerdo para las víctimas de aquel fatídico atentado, 16 de cuyas víctimas mortales eran de la provincia de Guadalajara.

El delegado de la AVT en Castilla-La Mancha, Jesús Faucha, leyó  un manifiesto en el que aseguró  que existen «muchos motivos para alzar la voz hoy aquí» y criticó que en la actualidad, «terroristas confesos organizan exposiciones, dan conferencias o son entrevistados en las televisiones públicas».

Faucha pidió no tergiversar el relato, recordar a las víctimas «y reclamar justicia y verdad para esclarecer los atentados pendientes o pedir el cumplimiento íntegro de las penas».

También en Azuqueca de Henares se repitió este miércoles el acto de recuerdo y homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de marzo, como cada año desde 2004.

Representantes de la Corporación municipal, de la ciudadanía, agentes de la Guardia Civil, de la Policía Local e integrantes de Protección Civil guardaron cinco minutos de silencio junto al monolito situado a la entrada de la estación de Renfe.

En otro orden de cosas y relativo a su participación en el homenaje a las víctimas del terrorismo que ha tenido lugar en Guadalajara, el presidente del PP-CLM señaló como «un honor y una obligación» su presencia en el mismo, mostrándose convencido de que «hay que salir a la calle para que no olvidemos a quienes fallecieron por cualquier forma de terrorismo».

Núñez también puso de relevancia la necesidad de trabajar con fortaleza y convicción por «la memoria, justicia y dignidad» de estas víctimas. Además, tuvo unas palabras de recuerdo para el atentado que tuvo lugar en Madrid hace 16 años y cómo el país vivió uno de los golpes «más fuertes para la democracia», pero también hizo referencia a como España supo rehacerse.

Por último, el presidente de los ‘populares’ agradeció a las asociaciones que trabajan para que las víctimas no pierdan visibilidad y les ha animado a seguir luchando por la dignidad, la justicia y reclamar dignidad y memoria por los que ya no están entre nosotros.

Núñez no fue el único responsable del PP en tener a las víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004 en su memoria. El diputado regional Emilio Bravo, a quien le correspondió ofrecer la habitual rueda de prensa de su grupo parlamentario este miércoles, arrancó su alocución con una palabras de homenaje a los afectados por aquella masacre.