La afición por la fiesta de los toros es una de esas pasiones que se transmite de padres a hijos. De tal palo, tal astilla. Un refrán que en la localidad Tejadillos cobra un significado especial. En este municipio de la Serranía conquense ha nacido una nueva asociación taurina con la «ilusión» de devolver al pueblo los festejos que desde hace dos décadas no han podido disfrutar. El presidente del colectivo, José Vicente Escamilla, concentra su leitmotiv en una frase que no deja lugar a dudas: «Queremos que los jóvenes de la localidad vuelvan a vivir lo que vivieron nuestros padres».
La Asociación Cultural Taurina de Tejadillos ya ha sido registrada como tal y ahora comienza a dar sus primeros pasos. De entrada, la noticia no ha podido ser mejor recibida en el pueblo, «de gran tradición taurina», explica José Vicente. El «objetivo fundamental» es que para las fiestas patronales del año que viene, en torno a la celebración de la Virgen de las Nieves, se realice un encierro por el campo. Los cinco miembros de la junta directiva afrontan en este momento el reto de que este barco llegue a buen puerto, empezando por la recaudación de fondos. De esta forma, empezarán a hacer nuevos socios en breve, así como merchandising personalizado y lotería para Navidad.
Desde la asociación tienen la confianza de que la respuesta será «positiva», pues de momento la primera toma de contacto es muy esperanzadora. «Hemos recibido muchos ánimos de los aficionados tanto del pueblo como de la comarca», recalca el presidente, y es que los festejos populares siempre atraen a gran cantidad de amantes del toro. «Por el momento está yendo mejor de lo que esperábamos», subraya. Lo que no se conoce por ahora es el tipo de festejo que se llevará a cabo. Es decir, no se sabe si se podrá soltar un novillo con bueyes o varias vacas, por ejemplo. Eso se determinará más adelante y siempre teniendo en cuenta la evolución de la pandemia y la cuestión económica.
Tejadillos es un pueblo que apenas supera el centenar de habitantes, pero en el que la raíz taurina está muy bien asentada. José Vicente, como muchos otros jóvenes de la localidad, solo han conocido los festejos en su pueblo gracias a lo que les han contado sus abuelos y sus padres o por lo que han visto en fotografías. Ahora ellos quieren revivir esa afición que les inocularon en vena, inculcarla a los niños, mantener viva la llama y, sobre todo, crear «una gran familia taurina».