Varios ayuntamientos de la provincia conquense y de Castilla-La Mancha honrarán a los fallecidos durante la pandemia, gracias a la iniciativa de la Plataforma de Familiares y Afectados por la Covid-19. No se trata de colocar placas ni monumentos, sino de plantar árboles centenarios y singulares en cementerios y lugares estratégicos.

De momento, la semana pasada se colocó el primer árbol en el campo santo de Quintanar del Rey, localidad conquense de María José Saiz, portavoz de la asociación, que confirma que la plataforma lanzará la proposición para que cualquier municipio se adhiera y coloque un ejemplar en sitios debidamente escogidos por los ciudadanos, caso de plazas o jardines.

Se escogió un olivo centenario por «lo que representa. En recuerdo de la generación que se nos fue. Como mi padre, de 65 años, al que le gustaba mucho el campo. Queríamos algo vivo, que no fuese inerte, que les recordara y que pudiéramos tocar», cuenta emocionada Saiz, que agradece al alcalde quintanareño, Martín Cebrián, –el Ayuntamiento corrió con los gastos– la posibilidad de ubicar este árbol representativo junto a la placa que ya habían colocado en agosto del pasado año y que recuerda a «todos los fallecidos por la pandemia. Siempre hago hincapié en que unos han sido por Covid, otros por abandono o falta de asistencia, o de medios. Es incluir a todos».

La propuesta ya se está en trámite con los ayuntamientos de Tomelloso y Daimiel (Ciudad Real) y Marchamalo (Guadalajara), pero se va a extender a las capitales de provincia «en representación de todos los municipios», comenta la portavoz, que añade que la plataforma espera que la idea puede ser acogida en todas las comarcas. Eso sí, los árboles «no tienen porqué ser olivos. Se podría plantar cualquier árbol representativo».

A día de hoy, «aún te llegan noticias de matrimonios que han fallecido, ambos, y es terrible. Que un año después sigamos así es muy duro», comenta Saiz, que subraya que «esta es una forma de honrar su memoria. Ya que no pudimos hacer nada, ni acompañarles ni despedirles, es una manera de recordarles. No son números, detrás hay una familia que será siempre su recuerdo».