Dos reinas y una princesa adolescente

EFE
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Las figuras emergentes de la natación continental prometen desafiar a las estrellas consagradas en los Europeos de piscina corta de Glasgow. La delegación española, sin Belmonte ni Valls como primeras espadas, no opta a las medallas

Benedetta Pilato (i), tras lograr su medalla de plata en Gwangju 2019 - Foto: PATRICK B. KRAEMER

La jovencísima italiana Benedetta Pilato, de tan solo 14 años, tratará de arrebatar el foco a su compatriota Federica Pellegrini y la húngara Katinka Hosszu, nombres propios de los Europeos de piscina corta que arrancarán este miércoles en Glasgow.

Pocas noticias han causado el impacto de la irrupción de Pilato, la nueva niña prodigio de la natación, que deslumbró el pasado verano a propios y extraños al colgarse la medalla de plata en los 50 braza en los Mundiales de Gwangju.

Una plata que la adolescente italiana intentará convertir en oro en la ciudad escocesa, donde Benedetta Pilato nadará las tres pruebas -50, 100 y 200- de braza.

No lo tendrá fácil, sin embargo, la jovencísima Benny que contará como principal rival en los 50 a su compatriota Martina Carraro, a la que ya arrebató el pasado mes de noviembre el récord de Italia con un tiempo de 29,41 segundos.

Pero si los de Glasgow serán los primeros Europeos en piscina corta de Pilato, para la también italiana Federica Pellegrini, que ya anunció que pondrá fin a su carrera tras los Juegos Olímpicos de Tokio, serán los últimos.

Una despedida Pellegrini, que sumó el pasado verano su cuarta corona mundial de los 200 libre tras revalidar el oro conquistado en 2017 en Budapest, pretende que sea subida a lo más alto del podio.

El hábitat natural de la italiana desde que se diera a conocer al mundo con apenas 16 años en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en los que se colgó la medalla de plata en el doble hectómetro libre precisamente el 200 libre será una de las cuatro pruebas individuales que Pellegrini, que cumplió el pasado mes de agosto 31 años, nadará en Glasgow, donde aparece inscrita también en los 50, 100 y 400 libre.

Una retirada que ni se plantea por el momento, pese a ser tan solo un año menor -30 años- que Pellegrini, la húngará Katinka Hosszu, que intentará añadir cinco oros más a su ya impresionante palmarés en estos campeonatos.

Uno menos de los que la voraz nadadora magiar, que este año alcanzó las 300 victorias en la Copa del Mundo, logró hace dos años en Copenhague, donde Hosszu se alzó con el triunfo en las tres pruebas de espalda -50, 100 y 200- y las tres de estilos -100, 200 y 400-.

Programa que Katinka Hosszu variará en Glasgow, donde la dama de hierro cambiará la espalda por los 100 y 200 mariposa, manteniéndose, por el contrario, fiel a las tres distancias de estilos.

Si en la categoría femenina los nombres de Pilato, Pellegrini y Hosszu acapararán la atención en ausencia de otras estrellas como la sueca Sarah Sjostrom o la española Mireia Belmonte, volcada en su preparación olímpica, en la masculina todos los focos apuntarán al ruso Kliment Kolesnikov.

El nadador ruso, que se convirtió en el rey de los Europeos disputados en 2017 en Copenhague, volverá a concitar todas las miradas en ausencia del británico Adam Peaty y el húngaro Kristof Milak.

Pero Kolesnikov que intentará superar los cuatro oros –dos de ellos en pruebas individuales- que logró en la capital danesa, tras inscribirse en un total de cuatro pruebas -50, 100 y 200 espalda, así como el 100 estilos-, no será el único protagonista masculino en la ciudad escocesa.

Junto con el nadador ruso compartirán el cartel de máximas estrellas su compatriota Vladimir Morozov y el francés Florent Manaudou que protagonizarán un vibrante duelo en la prueba de los 50 libre.

Aunque si trepidante se espera la batalla del esprint, no menos interesante se perfila la lucha por el oro en los 1.500 libre, donde con la excepción del alemán Florian Wellbrock, se citarán los mejores especialistas mundiales.

Tal y como confirma la presencia en Glasgow del italiano Gregorio Paltrinieri, el ucraniano Mykhailo Romanchuk, el noruego Henrik Christiansen o el francés David Aubry.