Hoy martes es el último día de octubre, estamos inmersos en plena temporada deportiva y no ha habido variación en el estado de las instalaciones deportivas municipales. Todo sigue igual que cuando terminó la temporada pasada e, incluso, que hace años. No es la primera vez que nos hacemos eco de este asunto, a nuestro juicio prioritario para el desarrollo del deporte en la ciudad. Ya nos gustaría poder informar que se está llevando a cabo un plan de infraestructuras deportivas, un proyecto lógico con etapas lógicas y prioridades lógicas. Lo cierto es que las instalaciones deportivas municipales están incompletas y defectuosas, tanto por la mentalidad cuando se construyeron, como la falta de mantenimiento.
Por ejemplo, hablemos de los tres campos de fútbol de césped artificial de uso continuado tanto para el deporte base como el de competición. El Joaquín Caparrós está inhabilitado para su uso, después de que en enero de 2021 con motivo del temporal Filomena se helara una tubería de agua. Se ha seguido jugando sin poder ducharse, con los equipos y los árbitros haciéndolo en El Sargal, atravesando calles, con el riesgo que conlleva. Esta temporada se ha decidido que no se juegue en este campo. No se arregla y no se juega. Es la solución. Ello conlleva el sobreúso del campo de los Tiradores, un recinto deportivo de menor calidad, tanto para el deportista, como para el espectador, aunque con césped artificial recién repuesto. Pero, con sólo dos vestuarios. Es decir, como su uso es continuo, cuando llegan los que juegan dos horas más tarde, ¿dónde se visten?
En el Obispo Laplana, los dos únicos vestuarios siguen obsoletos y con problemas, bien reflejados por informes de los encargados de los mismos, ante el enfado de sus superiores en el Instituto Municipal de Deportes. Y al tener dos vestuarios, hay problemas cuando juegan chicos y después chicas, o viceversa. Que se lo digan el equipo de fútbol femenino Jesús de la Ossa de Tarancón.
A todo esto, al día de hoy no se ha llevado a cabo renovación alguna en El Sargal donde juega el BM Ciudad Encantada, el club más importante y representativo de la ciudad. Cuando llueve, hay goteras. La entrada de la instalación es deprimente y la iluminación, a pesar de las obligaciones, sigue igual. Por supuesto, de posible ampliación de capacidad, ni hablamos. De La Fuensanta, poco más que añadir a lo dicho en muchas ocasiones. La instalación está incompleta, faltan invertir dos millones de euros sobre el presupuesto previsto, con el pasillo interior vacío, donde deberían estar los vestuarios y recintos para otros deportes, por ejemplo, la esgrima. Sin cabinas para prensa y permitiendo que se destroce el césped con los conciertos para luego gastar dinero en repararlo. Se habla de convenios con Diputación, pero lo cierto es que pasa el tiempo y todo sigue igual de mal. Cómo nos gustaría decir todo lo contrario.