Tradicional canto del gallo

Redacción
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La Misa de Gallo se celebra la noche del 24 de diciembre. Su celebración tiene por objeto la conmemoración cristiana del alumbramiento. Sus dos lecturas y el evangelio se centran en la narración del nacimiento en Belén

Tradicional canto del gallo - Foto: rubén serrallé

Una de las más arraigadas tradiciones del pueblo católico es la llamada Misa de Gallo, celebración eucarística que se va a celebrar en la noche de mañana en una gran cantidad de iglesias de la capital. 
Una de las más representativas es la que se celebra es en la del patrón de Cuenca, San Julián, durante la noche de mañana los conquenses se reúnen en su ermita situada en lo alto de las hoces del Júcar para celebrar la Misa del Gallo. Cada Nochebuena cerca de un centenar de devotos suben a la ermita por una empinada cuesta con unas impresionantes vistas de la ciudad de Cuenca iluminada.
El motivo de levantar una ermita en ese lugar es que en una cueva a pocos metros se retiraba a rezar el Obispo Julián, allá por el siglo XII. No había día en el que San Julián no acudiera a una zona a la que se refería como «el lugar de mi tranquilo día», lo que derivó en el actual nombre de Cueva de San Julián el Tranquilo.
Las cifras han llegado a indicar que se  reúnen un centenar de devotos para subir a la ermita.
 
La tradición Esta celebración debe su nombre a que un gallo fue el primero en presenciar el alumbramiento del niño Jesús en el pesebre, y el que se encargó de anunciarlo ante todo el mundo, según el pasaje de San Lucas 2, 1-14.
La Misa del Gallo se ha venido celebrando, en la tradición cristiana europea, a las 24 horas. De esta manera, desde hace siglos, se recibe al día de Navidad, en  familia cristiana y conmemorando el nacimiento de Jesús.
Esta arraigada tradición católica tiene sus orígenes en las tres ceremonias que se dedicaban a la Natividad de Cristo en los templos de Jerusalén. La primera de ellas se oficiaba en la noche del 24 al 25 de diciembre, en la cueva de la natividad, santificando el día y la hora en que Cristo nació.
La segunda se celebraba justo al amanecer, para poder así recordar el misterio de la resurrección.
La tercera, y última ceremonia, se oficiaba en el templo eclesiástico correspondiente, constituyendo su celebración el oficio solemne del día que conmemoraba el nacimiento del Niño Jesús. Tanto la primera como la segunda misa se continúan celebrando por la tradición cristiana a lo largo del globo.
También los católicos romanos celebraban estas tres misas, pero en su caso la primera se realiza durante la noche en Santa María la Mayor recordando la hora del nacimiento. La segunda al amanecer recordando el misterio de la resurrección, en el mismo lugar,  y la tercera en San Pedro, constituyendo el oficio solemne del día.
Existe una segunda versión sobre el porque de esta denominación de Misa del Gallo, y viene dada porque la Iglesia en a la que el Papa se dirigía para esa celebración tenía lugar en la Basílica de S. Petrum in gallocantum, traducida del latín al español como, San Pedro del canto del Gallo.
La tercera visión, sobre el origen de este peculiar nombre, siendo una de las mas apoyadas por la mayoría de los historiadores y voces más autorizadas en el tema litúrgico señalan al Papa Sixto III quien, en el siglo V, instauró la costumbre de celebrar una misa de vigilia nocturna en la medianoche del día de celebración del nacimiento del Mesías, tras la entrada al nuevo día, Navidad) en el ad galli cantus, que traducido al español sería «al canto del gallo».
Esta afirmación se refería al momento en el que empieza el nuevo día y que, según las antiguas tradiciones romanas, éste comenzaba en la medianoche en el canto del gallo.
Así, en la actualidad y al concluir la cena de Nochebuena, los fieles acuden en familia a las iglesias o parroquias para asistir a la tradicional Misa del Gallo. La cual comienza y termina cantando villancicos.
Aunque es de arraigada costumbre de celebrarla a medianoche, en algunas ocasiones el horario de la Misa se adapta a las necesidades de la comunidad y puede adelantarse, el caso más señalado es el del mismísimo Vaticano a un horario diferente. Una referencia fue lo ocurrido el año pasado que por razones de salud del Papa la misa se ofició en horario extraoficial a las 22,00 horas.