El Museo de Paleontología 'abraza' sus jardines

I.M.
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El MUPA incorpora en su exterior una senda de 540 metros que recorre, con carteles y fósiles, el paso del tiempo por la Tierra

El director del Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha posa ante uno de los carteles de esta novedosa senda. - Foto: Reyes Martinez

«Nuestro planeta, la tierra,  es el único lugar que conocemos donde existe vida. En todas nuestras exploraciones en el espacio no hemos encontrado vida en otro lugar. Nuestro mundo alberga millones de especies diferentes y vivimos en un planeta donde todo cambia, en donde las rocas se agrietan lentamente, se erosionan y se vuelven a formar, en donde los continentes se mueven y cambian de forma y en donde se desarrollan o evolucionan nuevos tipos de seres vivos. La evolución es un proceso asombroso y en constante cambio».

Así, reza uno de los diferentes carteles informativos que, en inglés o en castellano, uno va a encontrarse en el último recurso que el Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha (MUPA) ofrece a sus visitantes en Cuenca,  la llamada ‘senda del tiempo’.

 Ubicada en las seis hectáreas que esta entidad museística dispone de jardín, los  carteles han sido hechos por el artista conquense, El Manchas.  Son tipo cómic y lo que muestran, describe el director del MUPA, Santiago Langreo, son los hitos más importantes que ha habido en la evolución de la tierra, cómo el surgir de los anfibios o de los reptiles o la aparición de los mamíferos.

«Uno verá cómo conforme va pasando el tiempo se va a pasar de una escasa diversidad a un amplia diversidad  y, además, en un corto periodo de tiempo, sobre todo, tras la aparición de los homínidos hace dos millones de años, pues el homo sapiens no lo hará hasta hace 300.000 años y  de hecho hay que decir que los dos últimos pasos de la senda son para nosotros», explica.

1.700 personas. Pensada para ser visitada por familias y abierta ya al público, «este paseo por el tiempo,  añade Santiago Langreo, arranca cuando entras al Museo a la izquierda para acabar, 540 metros después, en la parte de atrás del edificio. Se da, además, la casualidad de que 540 es precisamente el mismo número de millones de años que hay desde el cámbrico hasta la actualidad».

No obstante, esta senda se incluye dentro de un proyecto más amplio, el de musealizar  el jardín, el exterior del MUPA, de manera que se complementará  en breve con varias piezas de fósiles cedidas por un vecino de Carrascosa y en un futuro con alguna que otra réplica de dinosaurios o de otras especies a fin de enriquecerla visualmente hablando.

Hoy por hoy,  no obstante, está acompañada dentro de estos jardines con un merendero acondicionado como aula y que funciona desde hace tiempo, así como con un invernadero, que recién montado va a acoger, una vez esté equipado, el que será «nuestro jardín de las ciencias», dice Santiago Langreo.

Con visitas continuas de colegios, institutos, grupos de personas mayores o de padres con sus hijos, sólo el penúltimo fin de semana de este mes de mayo, ya sin estado de alarma y sin cierre perimetral, el Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha contabilizó el día 22 de mayo más de 1.000 visitas y el domingo, día 23,  más de 700. 

No obstante, ya en los cuatro días de la pasada Semana Santa, comenta el director de este museo regional,  «se acercaron hasta este lugar hasta 4.000 visitantes, muchos más incluso, por ejemplo, que en esas festividades pero del 2019».

Entrar al MUPA hasta el próximo 31 de diciembre es gratis, pudiéndose reservar las entradas  vía ‘on-line’ o directamente recogerlas en las taquillas en el momento de la visita.

 «Durante el cierre perimetral prácticamente el 90% de la gente que vino eran de Castilla-La Mancha y sólo un 10%  procedía de otros lugares. Ahora ya se está viendo gente de Madrid o de Valencia. Un año normal vienen a representar  entre  un 25 y un 30% de nuestras visitas, respectivamente».

Desde la  semana pasada su fósil del mes no es otro que una serie de piezas, con los que se quiere homenajear al carbonífero de Puertollano.