La incidencia de la procesionaria en los pinares de la provincia durante esta primavera es mínima y, de hecho, «está por debajo de lo esperado». Rodrigo Molina, delegado provincial de Desarrollo Sostenible, explica que la presencia de esta oruga, tan habitual al comienzo de la primavera y que puede causar irritaciones, ha sido inferior a la de otros años. «Esperábamos que afectara más pero al final hemos visto que la cantidad de bolsones que se han dispersado por los pinares ha sido más bajo con respecto a otros años».
Es un insecto que en su fase de oruga fabrica una espacio de nidos de color blanco en los árboles para protegerse del frío, pero en este invierno, las heladas en el mes de enero «han contribuido a la minoración de la insectación». El ciclo de la procesionaria de pino se ha cumplido un año más y ya está enterrada en el suelo.
No obstante, para seguir esta plaga cíclica, Rodrigo Molina explica que «hay más de 2.000 puntos de control y de seguimiento por parte de los agentes medioambientales». La plaga de procesionaria afecta más en esta zona de la provincia a los pinos de la variedad negral, aunque también llega a la de la albar. Este año ha habido poca infectación en la Serranía Alta, donde predomina el pino albar y que tiene acículas más cortas.
Molina asegura que las hileras de procesionarias, «que es cuando realmente ya bajan de los bolsones y se entierran, se han visto pocas». No obstante, cree que es muy importante tomar precauciones para evitar sustos «porque debido a la escasez de lluvia, flotan en el aire pelillos urticantes». Los trabajadores forestales y usuarios de áreas recreativas son los que a estas alturas de mes están más expuestos, pero no son los únicos. Los dueños de perros tienen que estar atentos a la plaga, ya que los animales lo olfatean todo y se trata de orugas altamente tóxicas por los numerosos pelos que recubren su cuerpo. Pese a que estas orugas cuando bajan del pino ya se han enterrado, Molina advierte de que «no por no verlas en el suelo, hay que confiarse porque los pelillos urticantes están en aire».
Hay zonas, como el camping de Cañamares o Fuente del Oro, donde se han instalado aros perimetrales en los pinos que aminoran bastante el efecto de estas orugas.