Editorial

Una parte de la historia reciente de España se va con Nicolás Redondo

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En las primeras horas de la mañana de ayer se hizo público el fallecimiento del líder sindicalista histórico Nicolás Redondo Urbieta (Barakaldo, 1927). Es una figura fundamental en la lucha por la democracia en España durante la dictadura franquista y de la importancia del papel de los sindicatos en las décadas de los 70, 80 y 90.

El líder histórico fue perseguido desde su infancia, cuando por primera vez, en el año 1937, tuvo que exiliarse en el sur de Francia para alejarse de los bombardeos franquistas en el País Vasco. Su padre, Nicolás Redondo Blanco, era presidente del Frente Popular en Barakaldo, y uno de los objetivos del bando nacional. Volvió a España en 1940 y desde entonces estuvo vinculado al sindicalismo y al socialismo en la clandestinidad. De hecho, fue encarcelado y hasta exiliado en Las Hurdes, junto con su familia. En 1976, fue elegido secretario general de UGT, cargo en el que se mantuvo hasta 1994, cuando cedió el testigo a Cándido Méndez.

En el ámbito político, fue el responsable de que Felipe González cogiera las riendas del PSOE en el congreso de Suresnes, en Francia, cuando Nicolás Redondo, se echó a un lado para que el Partido Socialista fuera dirigido por una generación en plena emergencia. Fue diputado por Vizcaya desde 1977 hasta 1987, cuando rompió la disciplina de voto en el Congreso, al estar en desacuerdo con los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno de Felipe González para 1988.

Nicolás Redondo fue una referencia protagonizó dos de las huelgas generales más importantes vividas en democracia en los años 1988 y 1994 contra gobiernos socialistas. Los principios de la lucha obrera estaban por encima de su ideología y fue un hombre coherente con su forma de ver las relaciones laborales. En la España de la época, se fraguaba el modelo que en estos días pervive.

Ayer, España perdió a una de sus referencias, aunque su legado sobrevive en la figura de su hijo, Nicolás Redondo Terreros, exsecretario general del Partido Socialista de Euskadi y una de las voces más críticas del socialismo frente a Pedro Sánchez. Hoy, más que nunca, hay que reivindicar personajes de la valía de Nicolás Redondo Urbieta, que dieron sentido a un país que transitaba desde la dictadura hasta una democracia incipiente, cuyos valores fundamentales están en tela de juicio en la actualidad.

Con el fallecimiento del líder sindicalista se va una parte importante de una generación que consiguió hacer progresar al país con un sentido de Estado que le llevó incluso a renunciar a liderar el PSOE por el bien del futuro de España.