Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


Nervios sin elecciones

18/05/2025

Nadie es ajeno a la gran incógnita de esta fresquita primavera en los cenáculos políticos de la Villa: ¿podrá el presidente del gobierno aguantar en La Moncloa en medio el actual panorama de deterioro institucional?. Todos preguntan, todos opinan, todos creen saber algo que a los demás se nos antoja inaccesible. Pero no se dejen engañar: nadie sabe nada, ni los que se creen más próximos a la dirigencia socialista, ni siquiera la propia dirigencia del PSOE. Si algo han demostrado los mensajes difundidos esta semana y que tantos comentarios han desatado, es que Sánchez no tiene amigos ni socios, y los que lo parecen son subterráneamente repudiados en chats que terminan saliendo a la luz, como salió aquél 'number one' de Txiki Benegas en los primeros años 90, cuando todos éramos más inocentes y la tecnología más bisoña. Ni siquiera los más sanchistas saben qué hay en esa cabeza, aunque casi todos los análisis serios y bien informados coinciden en que el actual one no tiene ni la más mínima intención de llamar a los españoles a las urnas y barajar las cartas de las Cortes. Las actuales le van bien para sus propósitos.

Las dudas razonables, sin embargo, son tozudas, y un somero repaso a los futuribles más posibles parecen contradecir ese pronóstico más común. En un juzgado de Badajoz están a un paso de cerrar la investigación que podría demostrar que un amplio entramado de presiones ejerció su influencia para que el hermano del presidente lograra un empleo público por el que cobró sin acudir a trabajar, y cuyos impuestos evadió presuntamente afincándose en el país vecino. ¿Aguantaría cualquier primer ministro europeo en el poder este hecho sin precedentes?. En el Tribunal Supremo está más cerca de concluir la instrucción del peor caso de corrupción de esta etapa socialista, por el que el personaje clave en la biografía política del líder está imputado y podría ir a juicio pronto. Además, su esposa, el fiscal general que nombró dactilarmente y el delegado que su gobierno tiene en la Comunidad de Madrid son investigados igualmente. Si por cualquier detalle digno de importancia los jueces cuestionaran con sus actuaciones la figura intocable hasta ahora de Sánchez, ¿podría aguantar en el poder?. Digo más: si los mensajes de Ábalos, de los que solo hemos visto la punta del iceberg, comienzan a sugerir un solo atisbo de delito del jefe del ejecutivo, ¿resistiría aún con su mayoría imposible?. Sólo él y su ex subordinado y amigo saben de lo que hablaron, y sólo el segundo sabe cuando y cómo esa potencial bomba de relojería puede explotar.

Hay nerviosismo en su bancada, pero no por el futuro de la legislatura que parece tener tasado su final dentro de muchos muchos meses. Los nervios tienen su origen en algo que ya de hecho ha ocurrido: en la erosión de la imagen y el ego narcisista, la degradación de la apolínea figura pública a golpe de whatsapp, que puede ser más demoledor que cualquier auto judicial o informe de la UCO.