Leo Cortijo

Leo Cortijo


Entre el hospital y los autobuses

28/04/2025

La semana pasada fue muy intensa en lo informativo. El lunes, que era de Pascua, mientras en la redacción planteábamos balances nazarenos y hosteleros al calor de una Semana Santa en la que la lluvia nos respetó más de lo que nos pensábamos en un principio, los planes saltaban por los aires con el fallecimiento de Francisco. No pisó territorio español y los vínculos del Papa con Cuenca se contaban con los dedos de una mano, pero casi doce años de pontificado aperturista y reformador, más allá de la noticia en sí, obligaban a girar el foco y apuntar hacia el eco eterno que deja ya su figura, incluido en esta provincia, donde el peso de la fe es tan importante. Esta causa sobrevenida, aunque previsible, hizo que una previsión –valga la redundancia– mediática que se había gestado una semana antes, no tuviera el eco que realmente merece. En cierta medida, solo en cierta, quedó algo eclipsada.

El Gobierno regional había citado a los medios de comunicación de la provincia, encabezados por sus directores, para conocer el nuevo Hospital Universitario, en una visita final justo antes del inicio del traslado, que precisamente arranca hoy y durará seis meses. Ese fue el gran titular, además de dar cuenta de lo que tanto ha costado erigir, en tiempos y medios, y cuyo resultado final es, sencillamente, espectacular. Personalmente, de esa visita –cuyos anfitriones han bautizado como 'el caminito del Rey' porque es el recorrido que siguieron Felipe y Letizia el día de la inauguración–, salí pensando una cosa: Como periodista, es muy difícil transmitir y hacer ver lo que se ha construido. Podemos publicar todas y cada una de las catedralicias estadísticas que ha supuesto su construcción o la amplia nómina de servicios que ofrecerá, y todo en un edificio adaptado al siglo XXI y no del siglo pasado. Pero aún así no se terminaría de hacer justicia con lo que realmente es. Las palabras se quedan cortas. Es de esas cosas que hay que ver para creer. Y lo bueno y lo malo al mismo tiempo es que es preferible no verlo. La UCI, sin ir más lejos, deja la boca abierta a cualquiera..., pero cualquiera no querrá verlo en su vida.

El jueves hubo otra entrega importante de la intensa semana. Ha costado más que un parto y casi lo mismo que las obras del Escorial, pero por fin Cuenca cuenta con un servicio de transporte urbano a la altura de lo mínimamente exigible. Todos los puntos clave los hemos desgranado y explicado, centrados en la mejora de frecuencias, la ampliación de rutas a nuevos barrios, la incorporación de los autobuses eléctricos y la puesta en marcha de las ansiadas lanzaderas al AVE que, por cierto, también arrancan hoy, y así lo avanzó La Tribuna antes de la presentación oficial. Por lo que supone para el día a día de muchos conquenses, el sacar este servicio adelante era algo perentorio. Clamaba al cielo. El PP, hay que apuntarlo, considera que el equipo de Gobierno ha «claudicado» ante la empresa, porque cree que el Ayuntamiento ha asumido una propuesta «diseñada y cuantificada en exclusiva» por la adjudicataria, además de que el mantenimiento de parte del servicio está ligado a una subvención que expira en 2027. Lo que está claro es que había que tomar cartas en el asunto y que el asunto no era de fácil digestión. El tiempo quitará o dará razones a unos o a otros. Lo veremos. Y lo contaremos.