Hay palabras que no se escriben con tinta, sino con verdad. Que no nacen del artificio ni del cálculo, sino de lo que duele, de lo que cambia, de lo que se recuerda cuando se apaga el ruido del día. Escribir así no es una elección, es una necesidad. Una manera de atravesar lo cotidiano con una sensibilidad desbordada, que ve en cada silencio una historia y en cada ausencia, un poema. Escribir de esa forma es gritarle al tiempo que aún hay cosas que merecen ser dichas, aunque nadie las pida.
Con 'Terminal', su cuarta obra publicada, Jesús Vielsa da un paso firme y diferente dentro de su trayectoria poética. No solo escribe poesía, sino que la habita. Y en este nuevo libro lo hace desde un lugar distinto, más consciente, más sereno, más profundamente humano. «Es un poemario, sí, pero tiene un hilo, una historia que lo recorre, y eso lo cambia todo», explica el autor. Ese hilo es un personaje anónimo cualquiera, que recibe una noticia demoledora, como que su tiempo se acaba. A partir de ahí, cada texto se convierte en un intento de exprimir los detalles que solemos dejar para mañana. «El título lo dice todo, y con ello quiero decir que es duro, pero también es honesto, porque no siempre vamos a tener tiempo». cuenta Jesús Vielsa.
Este libro representa una evolución evidente respecto a sus anteriores publicaciones: 'Puntos de vista, caminos y reflexiones', 'Luminiscencia' y 'Silencios y cicatrices'. Si el primero fue el arranque casi espontáneo de un joven que quería compartir lo que sentía, este cuarto título es la obra de alguien que ha aprendido a escribir no solo desde la emoción, sino también desde la forma. «Hay un cambio en mí, en el estilo, en la narrativa, en cómo abordo el mensaje, porque ya no escribo tantos textos sueltos sin conexión, sino que aquí hay una historia central que lo guía todo». La estructura se divide en fases, en días contados desde el impacto de la noticia. «Empieza con el Día Cero. y, a partir de ahí, todo cambia».
'Terminal' nace como una respuesta emocional a una vivencia cercana al autor. Esta experiencia impulsó a Vielsa a dejar a un lado otro proyecto y volcarse en este libro, donde poesía y narrativa se entrelazan para contar una historia que, aunque ficticia, está cargada de verdad. «Siempre hay algo de uno que se cuela entre líneas», confiesa, que utiliza esta obra para explorar cómo cambia nuestra percepción del tiempo cuando sentimos que todo se acaba.
Con un estilo más maduro y técnico, Jesús recoge lo aprendido en sus libros anteriores y lo transforma en un proyecto más íntimo, estructurado y coherente. A sus 33 años, tras casi 20 escribiendo, encuentra en la poesía no solo una forma de expresión, también de consuelo, conexión y sentido. Terminal es, sobre todo, un recordatorio de que la vida puede ser hermosa, y merece ser vivida ahora.